Pese a los pronósticos, un gran ganador

MONTEVIDEO

Anteanoche, un grupo de dirigentes del Frente Amplio (FA) estaba frente a un televisor para ver la primera proyección de votos de las elecciones en Uruguay. Y frente a ellos, muchas cámaras para registrar sus impresiones, emociones y gestos.

El senador comunista Eduardo Lorier agitó al resto: "Hay que arrancar festejando, cuando den datos tenemos que festejar". No era conveniente salir en pantalla con imagen de preocupación o derrota. Ante el primer dato, gritaron, se abrazaron y festejaron como si fuera victoria. Los datos no mostraban entonces el resultado que tuvieron luego. Pero igual festejaron porque querían dar imagen de ganadores. Una muestra de que a veces es difícil determinar quién ganó y quién perdió en una elección.

En la primera vuelta electoral en Uruguay, no todos los que aparecen como ganadores lo son en esencia.

Tabaré Vázquez sí es claro ganador. No sólo venció a sus adversarios; también lo hizo a sus camaradas del FA, que no confiaban en sus fuerzas, que lo cuestionaban, que dudaban de su capacidad de liderazgo. Tabaré dijo siempre que ganaría con mayoría parlamentaria propia y no le creían. Le quisieron hacer cambiar su campaña, no lo hizo, y mantuvo los lineamientos. Ganó con eso.

El presidente José Mujica es otro gran ganador. Cuando todos creyeron que su sector se desflecaba, se metió de lleno en la campaña, anunció que sería candidato al Senado, empujó la campaña personalmente (pese a las restricciones constitucionales) y logró que su grupo, el Movimiento de Participación Popular (MPP), sea por tercer año consecutivo la mayoría del FA. No se irá a su casa. Dijo que no necesita que Tabaré le asigne un lugar, y desde el Senado saldrá a marcar la cancha de la interna.

Mujica les ganó a todos otra vez. Cuando quiso ser candidato le decían que eso perjudicaba al FA, porque mucha gente no lo votaría y perderían las elecciones. Triunfó y logró así controlar el Senado y Diputados. Esta vez querían que no le quitara protagonismo a Tabaré. Y ahora le reconocen el efecto positivo de su apoyo. A "Pepe" le duele que sus propios "compañeros de ruta" lo quieran neutralizar, y está decidido a incidir en el gobierno de Tabaré. Y tiene peso político para hacerlo.

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