La pesadilla peronista: sin dólares y sin Macri

Cristina Kirchner, a la izquierda, y el presidente Alberto Fernández frente al Congreso

La política, sobre todo cuando entra en fase electoral, es un sistema: una estructura donde cada parte condiciona y se define por las otras, donde la identidad de cada actor y cada grupo depende, en alguna medida, de la identidad y del juego de los otros. Quiere decir que si sacamos una pieza, la configuración total, en mayor o menor medida, cambia. Esto es lo que sucede con el desistimiento de Macri.

Macri, como todos sabemos, comunicó este domingo que finalmente no va a competir en las elecciones. Y esto tiene varias derivaciones. La primera tiene que ver -y probablemente en la intimidad sea la que más disfrute- con el daño que le provoca al Frente de Todos. Porque si uno intenta revisar la cortísima lista de coincidencias que puede haber entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández, probablemente la única sea un mismo eje discursivo anti-Macri. No solo porque en el discurso del Gobierno, del Frente de Todos, del peronismo, Macri es la encarnación de una herencia maldita, sino porque, sobre todo en el discurso de Alberto Fernández, Macri es el demonio que puede venir, el peligro que puede regresar, como dice el oficialismo "con los males de la derecha y del neoliberalismo". Para toda esa construcción, Macri salió de juego y probablemente mucha de esa arquitectura empiece a derrumbarse.

Hay que hacer un apunte: algo de esto vio, intuyó, Máximo Kirchner cuando hace poco tiempo dijo: "No nos podemos basar solo en el miedo a Macri, en la crítica a Macri, tenemos que tener otros argumentos". Tal vez le estaba hablando a Alberto Fernández, seguramente le estaba hablando a su propia organización, al kirchnerismo, por las muchas dificultades que presentan los políticos hoy en conectar con la sociedad. La primera consecuencia entonces es que Macri se retira y le produce un daño al Frente de Todos.

Subliminalmente tiene otra proyección la salida de Macri. Envuelve en una especie de pátina, de anacronismo a Cristina Kirchner. Son elecciones en las que Macri no va a estar. Tampoco va a estar Cristina Kirchner como candidata. Si va a haber primarias en Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, quiere decir que van a surgir figuras legitimadas, con otra densidad y consistencia. Estamos en tránsito a una nueva fase de la política. Todo esto está en curso.

Mauricio Macri y Cristina Kirchner

Otra pregunta tiene que ver ya con Juntos por el Cambio y específicamente con el Pro. Saco a Macri, ¿todo queda igual? ¿A dónde van los votos que podía tener Macri? ¿Cuánta gente apostó o apuesta o apostaba hasta ayer por Patricia Bullrich con la sensación de que era una sala de espera hasta que llegue la verdadera candidatura, la de Macri? ¿Cuánta gente que votaría a Macri iría a votar a Horacio Rodríguez Larreta? ¿A dónde van esos votos? Quiere decir que, de nuevo, ya ahora en el microcosmos del Pro, saco a Macri y se produce un realineamiento en la base electoral de ese partido.

Cena de la Fundación Libertad

Quedan muchos descolocados. Como los que fueron a Macri a pedir que por favor se presente. Algunos lo hicieron casi en público, con lo cual quedaron mal con Bullrich y con Rodríguez Larreta. Con Vidal también, ya que Macri sostiene que es precandidata. Otros descolocados son los que esperaban que Macri mantuviera velada su decisión, mantuviera una candidatura fantasmal para, con la palanca de esa candidatura -que probablemente después no se haría efectiva- mejorar su incorporación a las listas. Este es un problema que plantea también el retiro de Cristina. Muchos kirchneristas piensan: "¿Por qué se retiró tan temprano? ¿Con qué amenazamos ahora a nuestros adversarios internos si no tenemos la carta de Cristina?". Algo parecido pasa, en el Pro sobre todo, con la retirada de Macri. Él repite algo que ya sucedió en el 2021. Muchos candidatos, en aquel momento Patricia Bullrich en Capital Federal, sintieron que Macri los dejaba desamparados, que discutía una o dos cuestiones nomás. Una de ellas, la situación de su primo Jorge Macri en la provincia, que quedó descartado frente a la candidatura de Diego Santilli. Macri negoció la situación de su primo y se fue a Suiza. Algo parecido pasa en alguna gente hoy con este retiro de Macri.

Es interesante la astucia, la inteligencia, la estrategia con la que Macri construyó su retirada. ¿Por qué? Porque todo este ritual de gente que le pedía que fuera candidato, fue generando la sensación, buscada por él, de que estaba en condiciones competitivas. Y eso le permite presentar su desistimiento como la renuncia a un triunfo y no a una derrota. ¿Cuánto hace que Macri sabía que no iba a jugar? Aquí yo recurriría a una nota, un artículo periodístico que en este contexto adquiere un valor muy interesante y lo escribió en Noticias Rodis Recalt el 25 de enero de este año. Me interesa esta nota porque muestra un párrafo de "¿Para qué?", el libro de Macri, que le permitió construir una legitimación para después bajarse y decir "renuncio a ganar". En un párrafo, dice: "Como Boca, yo también había crecido. Y tenía que capitalizar todo...

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