La pesadilla no tiene fin

LONDRES.- Media hora antes del partido eran ríos de simpatizantes que fluían en los alrededores del estadio de Wembley, una mole blanca con butacas rojas. Los hinchas se agolpaban para ver la final olímpica de fútbol, el deporte que parece desheredado de estos Juegos. Entre la multitud, unas 81.000 personas, lo que mejor se divisaba a la distancia eran los enormes sombreros mariachis. Pero el ritmo de samba envolvía todo el ambiente. Era la inconfundible música de los brasileños, que creían estar asistiendo a la función definitiva, en la que la canarinha vengaría por fin la historia y se consagraría por primera vez en una cita olímpica. Estaba todo preparado para que atesorara la última joya en su incomparable palmarés. Nada de aquello ocurrió: con dos goles de Oribe Peralta, México le ganó 2-1 y le asestó un golpe tan grande que dejó tambaleando las estructuras de la Confederación Brasileña de Fútbol con vistas al Mundial 2014.Fue el mundo al revés, porque mientras los mexicanos festejaban su máximo hito futbolístico de todos los tiempos, Neymar quedaba echado en el piso con su pelo revuelto y en la más absoluta soledad. Parecía un pollo mojado. Ya van tres veces que el astro no puede rebelarse en la cancha ni cargarse con todo el peso de la camiseta brasileña. Está llamado a ser una superestrella, pero volvió a naufragar como en la última Copa América y en la final del Mundial de Clubes, con la casaca del Santos y ante el Barcelona de Messi (0-4). Otra vez superado, eclipsado. Confundido, quizá, desde el momento en que México abrió el marcador a los 25 segundos de juego. Neymar siempre se movió en otra frecuencia: no pudo asociarse con Oscar, que tuvo su peor actuación en los Juegos, ni con Damiao. Sólo a veces se acopló con las proyecciones de Marcelo y muy poco con Hulk y Pato, cuando Brasil ya quemaba las naves en busca de un empate milagroso, tras el descuento de Hulk. El destino no pudo torcerse ni con ese cabezazo postrero de Oscar por arriba del travesaño. "Me siento muy triste ahora. Es obvio que quería ganar la medalla de oro. Pero tenemos que aceptar que México fue mejor y se merecieron el...

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