Pérez Reverte o los chicos: la sana competencia por el público del domingo

La feliz inocencia de los niños y la perversidad a la que pueden llegar los adultos se combinaron subrepticiamente ayer, durante el primer domingo de la 45 edición de la . Mientras un brillante sol otoñal acompañaba a cientos de chicos que con sus padres improvisaban ritmos, trazos, bailes o leían juntos sobre el asfalto de la avenida Sarmiento durante un homenaje a María Elena Walsh, la oscuridad invadía la Sala José Hernández en la que se adivinaban unas ochocientas personas escuchando las experiencias del escritor español para crear a Falcó, su cruel personaje."En Sarajevo he pagado ochenta marcos para estar con un francotirador mientras trabajaba", admitió el escritor al presentar Sabotaje, último volumen de una saga que creció considerando la violencia un recurso más. Al responder las preguntas de su amigo, el también periodista y escritor Jorge Fernández Díaz, Pérez Reverte afirmó que muchas veces ha "tomado copas" con "verdaderos malos" y que la experiencia de haber estado junto a aquel tirador fue atroz. Incluso le causa cierto remordimiento, pero le dio mucha información.Sin temor a ir contra la corriente, el español repitió su conocida postura contraria a lo que hoy se conoce como lenguaje inclusivo, que, sin embargo, consideró que es necesario porque el mundo ha cambiado. "Lo que pasa es que hay límites. Me niego a decir todes les niñes. Me niego a que me digan cómo tengo que escribir para no ser machista", dijo.Con otro tono, también el machismo y el feminismo estuvieron presentes en la propuesta para los chicos, en la calle y a cielo abierto. El homenaje a María Elena Walsh, a nueve años de su muerte, incluyó un detallado recorrido por el texto "Sepa por qué usted es machista", que escribió la poeta en la revista Humor en 1980. Las veinticuatro ayudas para identificar ese "machismo", sea el lector un hombre o una mujer, se podían seguir en letras gigantes sobre los muros de un laberinto en el que se perdían los más grandes. Los chicos corrían hacia los diferentes espacios en los que medían sus capacidades artísticas: un sector para la lectura; otro para la pintura y para escuchar música; un taller de luthería, el más atractivo, con varios instrumentos originales con los que generar sonidos.El homenaje a la autora de canciones memorables como "El reino del revés" y "Manuelita", que el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires previó para el sábado y pospuso para ayer por razones climáticas, se completó con una muestra...

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