Perder para ganar

No hay mejor estrategia electoral que la que no es descubierta sino hasta que se convierte en un triunfo. Cambiemos utilizó un plan inédito: nunca antes un gobierno argentino había ganado unas elecciones anunciando que corría el riesgo de perderlas.

Lo usual siempre fue instalar que el triunfo era un hecho para inducir a subirse al tren de los ganadores a los indecisos de última hora. El ya conocido exitismo.

Aun durante la veda electoral, los muchachos de Cambiemos exhibieron sus dudas, filtraron y comentaron encuestas que anunciaban naufragios. Más, en las horas finales de la campaña, instaron a aumentar la participación y se mostraron temerosos de que una baja cantidad de votantes inclinara todavía más la balanza en contra.

Nadie o casi nadie advirtió que el...

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