El penoso paso de familiares por el escenario del crimen

SALTA.- La visita al enclave tuvo una doble finalidad: por un lado, conocer la escena del crimen y situarse en ella para poder seguir las pocas precisiones que hasta el momento arroja la investigación. Por el otro, recorrer a pie ese terreno fue una forma de despedida, una manera de comenzar la elaboración de un duelo atrozmente traumático para los familiares de Cassandre Bouvier y Houria Moumni, cuyos restos iban a ser trasladados anoche a Buenos Aires, primera escala del complejo proceso de repatriación.Secundadas por la comitiva diplomática que vela con celo por su intimidad y acompañadas por el juez que investiga la causa, Martín Pérez, las dos familias ascendieron a pie hasta la zona de El Mirador, en el circuito turístico de la quebrada de San Lorenzo. Lo hicieron por ese sendero estrecho que ellas también trajinaron el 15 de julio y donde 14 días después fueron encontradas brutalmente asesinadas, tras ser agredidas sexualmente.Los familiares repasaron las distintas hipótesis que las llevaron a ese fatal desenlace y tuvieron su momento para empezar a digerir la pérdida.A media mañana, ingresaron en la reserva en una combi la madre, el padre y dos hermanos de Cassandra, junto a otros dos hermanos y una prima de Houria. Atrás, en su propio vehículo, llegó el juez.La visita se extendió por poco más de una hora y media y, como llegaron, se fueron, amparados en su propio silencio.En la tarde de ayer, fuentes fidedignas recrearon ante La Nacion los rastrillajes de la noche anterior, que no hallaron una carpa tipo iglú, como llegó a consignarse, sino indicios de que en el lugar señalado por testigos se había efectivamente acampado. Esos indicios partieron de restos de elementos y prendas que, por estas horas, se analizan si están vinculados al caso.La noticia del hallazgo de la supuesta carpa había sido confirmada por fuentes judiciales y, extraoficialmente, por voceros de la policía.Envoltorios y envases vacíosNo obstante, a tres horas...