Peña, más cómodo en la retaguardia

"Un brazo derecho no es lo mismo que un cerebro", quien lo dice es alguien que conoce a Marcos Peña como si lo hubiese parido. La afirmación tiene doble lectura: la primera exculpa al jefe de Gabinete de los desaguisados del gobierno de Cambiemos y coloca la responsabilidad exclusiva en el presidente de la Nación; la otra manera de ver el tema apuntaría a que el puesto que tiene Peña y que, según dispuso la reforma constitucional de 1994 le asigna la administración del país, podría quedarle grande en circunstancias tan complicadas como las que atraviesa actualmente el país.Esa persona que lo conoce bien desde hace tanto tiempo destaca su capacidad para preservar la calma, saber contemporizar y ser firme y tenaz. Pero ¿es suficiente?No solo Marcos Peña sobrevivió al tsunami que redujo al megagabinete de Mauricio Macri a tamaño mediano, en 2018, sino que al replegarse y salirse del primer plano pudo esquivar mejor las balas mediáticas que buscaban sacarlo de circulación.¿Qué pasa dentro de su cabeza en estos días en que el mercado cambiario volvió a agitarse? Por cierto, un alivio por no tener que salir a poner la cara siempre a favor de Cambiemos en medio de las nuevas "tormentas" (tal como el presidente Macri describe las sucesivas turbulencias). Prefiere comunicarse a la distancia con la "Carta de Jefatura", su periódico envío por mail, más impersonal, en el que expone temas sucintamente y con datos duros.Peña le encontró rápido el gusto al perfil bajo resguardado en la retaguardia, que le deja más tiempo al trabajo de puertas para adentro, lejos de micrófonos y cámaras, ahora hiperconcentrado en las estrategias para la campaña electoral en ciernes.Sin embargo, tras varios meses de sostenerse lejos de la gran vidriera mediática, hoy Marcos Peña retorna a ella mediante sendas entrevistas otorgadas a LA NACION y a Clarín con su habitual estilo apocado y poco dado a las revelaciones contundentes. Por eso le resultó cómodo en los últimos tiempos que la vocería rotara entre los ministros de manera de no empoderar a ninguno en particular.Así, en la semana corta pero intensa que pasó, le tocó ese mal trago al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, quien dijo que el Gobierno no estaba preocupado por la taquicardia cambiaria. Tuvo la pésima suerte de que saliera a cruzarlo alguien que llama la atención de los públicos más populares: Marcelo Tinelli.Ventajas de un Peña retraído: esquivó la cachetada mediática del popular animador. "Es una...

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