Patricia Castell: de figura joven del cine argentino a villana de telenovelas

Imposible no odiar a La Loba que encarnaba en Libertad condicionada , o a esa institutriz perversa que maltrataba a Andrea del Boca en Andrea Celeste . Sin embargo, dejaba asomar algún rasgo de ternura en la rígida directora de Señorita maestra . El rostro severo de Patricia Castell en la televisión siempre contrastó con su bonhomía en la vida real. La actriz, de 87 años, murió el domingo a raíz de una insuficiencia respiratoria y sus restos fueron llevados ayer al Panteón de la Asociación Argentina de Actores del Cementerio de la Chacarita.Tuvo una belleza muy particular en sus comienzos. De alta estatura, rubia y delgada, incursionó en varios radioteatros y, sobre todo en los años 40 y 50, trabajó en películas como Hay que casar a Paulina, Madame Sans Gene, Soy un infeliz, La calle grita, La serpiente de cascabel, Diez segundos, El zorro pierde el pelo , La culpa la tuvo el otro, Sinfonía de juventud y Las apariencias engañan . Pero el cine también la contó en otros films posteriores como Mi amigo Luis y La madre María .Pero la televisión le brindó una gran popularidad, gracias a sabrosos papeles de carácter. Además de los programas mencionados, trabajó en Su comedia favorita, Me llaman Gorrión, Malevo, Amar al ladrón, No hace falta quererte, El gato, El cuarteador...

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