La patria tributaria de Alberto y Cristina

Por cada hora de trabajo, un argentino destina entre 29 y 35 minutos a pagar impuestos. En términos anuales, todo lo generado por un ciudadano de ingresos medios hasta el 28 de junio le corresponde al Estado, aunque si se considera a quienes más ingresos tienen, el día de la liberación de impuestos solo se registrará a mediados de agosto.

Ese cálculo, efectuado por el economista Fausto Spotorno , es apenas uno de los tantos indicadores de la elevadísima presión impositiva que sufren los argentinos en comparación con la existente en cualquier otro país del mundo.

Según el informe " Paying Taxes ", de Price Waterhouse, las empresas de la Argentina son las que pagan el mayor porcentaje de impuestos y tasas sobre sus ganancias, después de Comoras, un archipiélago africano situado en el océano Indico . El ranking del Banco Mundial basado en ese indicador señala que la tasa de impuestos sobre ganancias de las empresas de nuestro país alcanza al 106%, cuando el promedio global es del 40,5%, mientras en Brasil ronda el 65%; en Uruguay, el 42%; en Paraguay, el 35%, y hasta Venezuela, con el 73%, está mejor que la Argentina.

No hace mucho, Alberto Fernández admitió que el Estado necesitaba un reordenamiento de las cuentas fiscales, pero aclaró que eso se haría sin un ajuste del gasto público. En los últimos días, el Presidente confirmó en los hechos su principal estrategia: seguir aumentando los impuestos .

Lejos de insinuar políticas proclives a reducir el gasto público, el Gobierno busca consolidar a la Argentina como el país con mayor presión tributaria sobre el sector formal de la economía

El primer paso se dio con la reciente aprobación en la Cámara de Diputados, facilitada por la ausencia de tres legisladores de Juntos por el Cambio en la sesión -una por Covid y dos de viaje-, del nuevo proyecto de Bienes Personales , que a instancias del oficialismo elevó las alícuotas a los grandes patrimonios, al tiempo que mantuvo en el 2,25% la tasa sobre los bienes declarados en el exterior. Y si bien se ha subido el mínimo no imponible desde los 2 millones hasta los 6 millones de pesos -aunque exceptúa la única vivienda propia-, este tributo gravaría bienes por apenas 30.000 dólares al tipo de cambio paralelo, cuando en sus orígenes, en la década del 90, este impuesto solo gravaba a quienes tenían un patrimonio superior a los 100.000 dólares.

Son cada vez menos las naciones que mantienen impuestos sobre el patrimonio personal y la Argentina es la que...

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