Patria o buitres, no; recesión o buitres

En las últimas 48 horas, la economía nacional debió absorber dos malas noticias. Mark Brodsky, el titular del fondo Aurelius, uno de los holdouts, con inversores que pretendían comprar los derechos reconocidos por Thomas Griesa. En consecuencia, quedó descartada la posibilidad de que un nuevo acreedor reclame al juez un stay para que se paguen los bonos reestructurados.La otra novedad que afecta a los mercados es que Axel Kicillof terminó de doblegar a Juan Carlos Fábrega como rector de la política monetaria. , los agentes económicos previeron una escasez de dólares más aguda y, por lo tanto, una nueva fuga hacia esa moneda.Lo razonable en ese caso hubiera sido que, para volver más atractivo el peso y evitar una caída de reservas, el Banco Central subiera la tasa de interés. Pero hizo lo contrario: la bajó un punto. Se impuso, a la larga, la tesis que el ministro de Economía había defendido, sin éxito, en enero: evitar una devaluación sin aumentar el costo del dinero.Brodsky es el "buitre del buitre". Representante de Aurelius, antes fue el principal abogado del fondo NML, de Paul Singer. Esta vinculación indujo la sospecha de que Brodsky podía ser, llegado el momento, el rostro amargo del conciliador Singer.El momento llegó ayer. Y confirmó lo que se preveía. Las negociaciones entre la banca y los acreedores estaban destinadas al fracaso desde que Cristina Kirchner y Kicillof aclararon que desobedecerían el fallo de Griesa no sólo porque activara la cláusula RUFO, sino porque era usurario. Kicillof ofreció saldar con US$ 300 millones un reclamo de US$ 1600. No apareció el filántropo dispuesto a absorber la diferencia.Hoy habrá que examinar el comportamiento de los bonos. Mientras se presumía un arreglo, no se habían derrumbado. Pero ayer el Bonar 24, que fue la estrella desde el acuerdo con Repsol, tuvo una caída de 3 puntos. ¿El mercado cambia de dinámica?Brodsky, a quien The Independent bautizó Terminator por su inflexibilidad, apuntó contra el Gobierno. Dijo que "los líderes argentinos tomaron una decisión calculada y cínica para violar y repudiar una orden judicial y poner a su república en default". Los demandantes siempre agitaron la bandera de la mala fe del deudor. Fue parte de una caracterización más general del kirchnerismo: la de un grupo poco afecto al cumplimiento de la ley.Si la señora de Kirchner tiende a interpretar cada adversidad como la ratificación de un complot que ya está en curso, combinará el repudio de Brodsky con la decisión...

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