Qué pasó con la transferencia de Jonathan Calleri

Sonó una alarma inesperada. Lo que se presumía era una operación cerrada y millonaria, terminó en medio de una cantidad de enredos que cuesta comprender. Porque las versiones que se lanzaron durante la jornada de ayer terminaron por confundir. La transferencia de Jonathan Calleri a Inter, de Italia, tambalea en un delicado equilibrio entre cuestiones legales y, sobre todo, muchos dólares en juego. Tal como se perfila el escenario, el éxito o el fracaso de la operación dependen de la UIF, la Unidad de Investigaciones Financieras, que se erige como el árbitro de este entuerto. Así de simple: si se aprueba la operación y el jugador se va ahora, Boca recibirá 12 millones de dólares, en cambio, si el jugador se queda hasta junio, embolsará US$ 11.500.000.

Todo comenzó en diciembre pasado, cuando dirigentes de la entidad xeneize se reunieron con inversores ingleses, que ofertaron 11,5 millones de dólares limpios para Boca. El club presidido por Daniel Angelici sabía que vender a Calleri a un grupo inversor sería un problema mediático, y por eso es que trataron de conseguir otras ofertas en el mercado extranjero. Sólo hubo un par de Inglaterra (Brighton, del Championship, la segunda categoría, fue una de ellas), y por mucho menos dinero (cerca de 8.000.000 de dólares). Por venderlo de club a club, Boca perdía entre 3 y 4 millones de dólares. Decidieron seguir adelante con los ingleses de Stellar Group, que gerencian al club uruguayo Deportivo Maldonado. Este vínculo es lo que curiosamente le hace ruido a Inter y que por ahora tiene el pase frenado.

Esta institución uruguaya de la ciudad de Maldonado, que nació en 1928, se refundó en los últimos días del 2009 al asociarse con este grupo inglés para constituir así una sociedad anónima deportiva que en los últimos cinco años ha quedado bajo la lupa por haber participado en pases de futbolistas que nunca vistieron la camiseta de la entidad charrúa. En 2010 este modesto club tuvo un cambio de autoridades que llegó de la mano de su nueva sociedad, y el empresario Malcom Caine y el abogado Graham Shear, ambos británicos, que son la cabeza de Stellar Group, comenzaron con sus negocios. Desde ese momento, y con el equipo en la segunda categoría, Maldonado quedó en el centro de la escena por transferencias como las de Marcelo Estigarriba a Juventus, de Italia, y la de Gerónimo Rulli, de Estudiantes a Real Sociedad. Lo que impacta es que desde 2011 el club uruguayo, en realidad por intermedio de Stellar...

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