Pasar por las aulas sin aprender

Hace pocos días, se publicó en el diario Perfil una entrevista que Magdalena Ruiz Guiñazú le realizó al ex rector de la UBA Guillermo Jaim Etcheverry, autor de La tragedia educativa, publicado en 1999 y que mereció en ese año el premio al mejor libro referido a educación.

Han pasado tres lustros y el contenido de ese texto mantiene su plena vigencia, pues no se han corregido las fallas allí señaladas acerca del proceso educativo desarrollado en nuestro país y, asimismo, persiste la curiosa dualidad de los padres que, al juzgar nuestro sistema de enseñanza en general, lo consideran "malo, muy malo", en tanto que, a la vez, el 70 por ciento del mismo conjunto de críticos rigurosos considera satisfactoria la formación recibida por sus hijos.

En esa diversidad estimativa gravitan indudablemente los sentimientos familiares, que reducen objetividad en los juicios vinculados al aprendizaje de los hijos. Pero, al mismo tiempo, ese modo de evaluar alienta indirectamente la continuidad de la declinación de nuestra enseñanza.

Otra cuestión llamativa, subrayada por el doctor Jaim Etcheverry, se relaciona con las pruebas de evaluación de la calidad educativa, principalmente las pruebas PISA, de aplicación periódica, administradas en una dimensión global. Al respecto, el rendimiento de chicos pertenecientes a una elite económica de nuestro país, que concurren a escuelas privadas dotadas de medios suficientes, fue superado por el de alumnos pobres de 30 países. Por lo tanto, las desigualdades previas en materia de recursos se invirtieron al comparar los resultados de las pruebas.

Ante una pregunta referida a la "indulgencia" existente en el ámbito escolar -tolerancia con la cual se procura evitar la repitencia de alumnos, aunque esa medida contribuya a que concluyan la escuela "sin formarse"-, el entrevistado aludió a algunos datos cuantitativos de interés, entre ellos, que menos del 50 por ciento de la gente que trabaja en nuestro territorio ha completado el secundario, mientras que en los países desarrollados el porcentaje está entre 70 y 80%. Con educación universitaria en el área laboral hay entre nosotros sólo un 14%; en Corea del Sur, por...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR