Pasajeros, de nuevo rehenes de intereses mafiosos

Una vez más, una huelga salvaje dispuesta por los gremios aeronáuticos, que rechazan la habilitación de aerolíneas de bajo costo, generó el consabido caos en el Aeroparque y en Ezeiza, y una vez más los frustrados pasajeros fueron rehenes y víctimas de un asunto en el que nada tienen que ver.

El paro del miércoles pasado duró siete horas y, en ese extenso lapso, descalabró los servicios, frustró encuentros familiares y viajes de trabajo, de atención de la salud o de placer. Si bien la conciliación obligatoria se dictó al mediodía, sólo pasadas las 16 pudo efectuarse el primer despegue, pero muchos pasajeros ya se habían visto obligados a cambiar las fechas de sus pasajes. Pese a todo, 24 horas después aún se sufrían las consecuencias. Como si fuera poco el caos generado, el jueves pasado, choferes de cuatro importantes líneas de ómnibus de larga distancia anunciaron un paro por tiempo indeterminado por cuestiones salariales.

El día anterior a la huelga del personal aeronáutico, siete aerolíneas, algunas de ellas de bajo costo, habían solicitado autorización a la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) para cubrir más de 500 rutas nuevas. Desde un primer momento, los gremios aeronáuticos se opusieron a que operen estas líneas, pues consideran que el propósito es desplazar a Aerolíneas Argentinas, una empresa aún deficitaria en la que los múltiples sindicatos siempre terminan anteponiendo sus intereses a las necesidades de los pasajeros.

En total, se vieron interrumpidos unos 150 vuelos de cabotaje e internacionales y 12.000 pasajeros en el Aeroparque y en el aeropuerto internacional de Ezeiza se vieron afectados. Impotencia y desazón de la mayoría, planes frustrados, costo económico, tiempo perdido y reservas de hoteles pagados y combinaciones perdidas con otros vuelos.

Lamentablemente, se trata de una triste realidad que se repite cada vez con mayor frecuencia, afectando un servicio esencial y prácticamente insustituible en un país extenso como el nuestro.

Resulta paradójico que los gremios aeronáuticos se opongan a la política del Gobierno de cielos abiertos, pues las aerolíneaslow costgenerarán numerosos puestos de trabajo para el sector, tanto en tierra como en aire.

La Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) sostuvo que le preocupa el arribo de una línea low cost"por sus prácticas...

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