Más pasajeros, más aviones y menores precios, ¿es sostenible la ecuación en el mercado de las aerolíneas?

Un empresario aeronáutico y un sindicalista de los poderosos del sector se encontraron en un evento. A poco de hablar, salió en la conversación Aerolíneas Argentinas. Corrían los meses de invierno, los de temporada alta, y gobernaba Mauricio Macri. "Vos tenés un error a la hora de hablar sobre los subsidios a Aerolíneas. Tenés que entender que no son subsidios", dijo, con tono docente, el sindicalista. Hombre de números al fin, el empresario lo miró y le contestó: "Todo dinero que llegue por medio de transferencias del Estado es técnicamente un subsidio".El gremialista sintió que le daba el pie para el contraataque argumental. Y emprendió la prédica. "Ahí está tu error, ¿cuánto sale mantener la Casa Rosada abierta? Encargados de seguridad, mantenimiento, mejoras... y nadie dice que el Estado subsidia la Casa Rosada. Debe estar abierta y ese dinero se asume como necesario. Aerolíneas es un caso similar; debe volar y hay que sostenerla".La anécdota sirve de puntapié para tratar de entender qué sucede con el mercado aerocomercial argentino y para analizar qué pasará con la mentada "revolución de los aviones", por estos días llena de interrogantes.Por un lado, el país ha sacudido una demanda aletargada por años en el mercado aéreo. Cada vez hay más pasajeros que se suben a los aviones. Aún lejos, muy lejos, del índice de viajes por habitantes de otros países de la región, el mercado respondió cuando se sumaron vuelos. Se viaja más y más barato. Los precios, medidos en dólares, son el 25% de lo que eran hace pocos años.Después de décadas de un mercado concentrado, apareció la competencia. Los pasajes se hicieron más accesibles, se comunicaron entre sí más ciudades y una mezcla de nuevos pasajeros y otros no nuevos pero que empezaron a volar más, se combinaron para que creciera la ocupación de asientos. Llegaron nuevas empresas y aviones de colores desconocidos mejoraron la oferta. Pero los cambios abruptos en la economía -especialmente las sucesivas devaluaciones-, la falta de adecuación de decenas de reglamentaciones que restan competitividad y una relación traumática de varias empresas con los sindicatos generaron un freno a la revolución. A eso, una vez más, se suma el rol de Aerolíneas Argentinas y Austral. Estas dos compañías compiten con sus colegas con una ventaja: dispondrán en 2019, según las previsiones, de US$250 millones en subsidios.Varias preguntas llegan ahora, justo cuando es necesaria una segunda vuelta de normativas, la...

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