¿Qué le pasa al Presidente?

Alberto Fernández

Algo funciona mal cuando no se pueden comprender las sumas y las restas más elementales. ¿Qué le pasa al Presidente? ¿Cómo un experto en campañas electorales (dictó cursos en la Universidad de Salamanca sobre esa materia) puede confundir una derrota con un triunfo? Peor: se prepara para celebrar este miércoles una victoria que no existió en un acto en la Plaza de Mayo. El acto será multitudinario porque se moverán los eficientes aparatos de los sindicatos, de los movimientos sociales (de los que simpatizan con el Gobierno) y de los intendentes del conurbano. Suficiente para llenar la histórica plaza. Ni la historia ni la política se detiene en esas manifestaciones perfectamente organizadas. Solo sirven para alimentar el ego, tal vez marchitado, de los protagonistas. Tales movilizaciones han dejado de existir en los países más serios del mundo. Vencen y luego se olvidan no bien cae la noche del día del alboroto. Lo que importa es la conducción diaria de la cosa pública, no el rejunte de una muchedumbre que, en muchos casos, no sabe a dónde va ni para qué. No son pocos lo que conocían desde mucho antes a Alberto Fernández y confiesan no reconocer a la misma persona con sus actuales extravagancias.

Si el Presidente fuera un alumno leal de Néstor Kirchner , ya hubiera renunciado a la presidencia del Partido Justicialista. En 2009, Kirchner renunció al liderazgo de ese partido cuando perdió por 2 puntos frente a Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires. El domingo último, ese mismo partido, el Justicialista, integrado en una coalición amplia de distintas familias peronistas, hizo la peor elección nacional que haya hecho el peronismo en casi 38 años de la nueva democracia argentina . Sacó poco más del 33 por ciento de los votos nacionales, el porcentaje que se considera el piso electoral histórico del peronismo. Lo mínimo. Jamás había sucedido eso desde 1983. En 2015, Daniel Scioli reconoció el triunfo de Mauricio Macri cuando la diferencia a favor de este no había llegado ni al 2 por ciento. Así fue presidente Macri durante cuatro años. Las gestiones y las ideas de Néstor Kirchner y de Scioli son discutibles, pero debe reconocerse que los dos tuvieron un mayor respeto cívico hacia la opinión de la sociedad que el actual Presidente. El prudente silencio de Cristina Kirchner es mejor que el frívolo triunfalismo del albertismo .

Podrá decirse que el Gobierno quedaría muy debilitado si apareciera acongojado por la...

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