Un partido imposible de ganar y la mira puesta en Toronto

DOHA.- Prestigio, respeto y fuerte repercusión a nivel internacional. Tras caer por un abultado 33-20 ante Francia en los octavos de final, la Argentina se llevó del Mundial de handball de Qatar mucho más que un puñado de resultados. Levantó el listón, le apuntó a objetivos impensados en otros tiempos y logró jugar de igual a igual frente a equipos de primer orden. Además, alcanzó la 12° ubicación en la cita ecuménica e igualó la mejor posición histórica conseguida en Suecia 2011.

En el Ali Bin Hamad Al-Attiyah Arena de Doha, los Gladiadores cayeron derrotados en un encuentro sin equivalencias. Fue un baño de realidad después de la ilusión que despertó la selección gracias a los golpes que dio en la primera rueda ante Dinamarca (empate en 24 en el debut) y Rusia, en el último compromiso del Grupo D.

Los galos consiguieron de manera rápida la ventaja en el primer tiempo (parcial 16-6) y sostuvieron el ritmo en la segunda mitad. A diferencia de los partidos de la zona, ante Dinamarca, Polonia, Alemania o Rusia, el equipo se vio por primera vez sobrepasado. Jamás encontró la llave para vulnerar a Francia, como tampoco la forma de evitar sus embates. El bicampeón olímpico y campeón europeo mostró un alto porcentaje de efectividad y se apoyó en una muralla defensiva protegida por Thierry Omeyer, que atajó en un nivel superlativo y ahogó la esperanza...

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