Un partido codiciado por su amplio poder territorial

"¿En qué radica la fortaleza de la UCR?" El dirigente radical sonríe ante la pregunta. Al responder, no duda. "El radicalismo se mantiene vivo porque tenemos un cura en cada pueblo. Esto no lo tiene ninguna otra fuerza política del país salvo, claro, el peronismo. Por eso seguimos siendo un partido codiciado", se jactó el dirigente.

Los números parecen darle la razón: ; una gobernación (Corrientes), y en el Congreso constituye la segunda fuerza, con 35 diputados y 13 senadores naciones. Estos números entrañan una fortaleza territorial en el país que ni Mauricio Macri (Pro) ni Sergio Massa (Frente Renovador) alcanzan siquiera en sueños. Esto explica los esfuerzos de ambos candidatos presidenciales por ganarse el favor del partido de las boinas blancas.

Massa y Macri podrán ostentar predominio territorial en Buenos Aires y en la Capital, respectivamente, pero el interior del país les sigue siendo esquivo. La UCR les significa un trampolín indispensable para sumergirse en las provincias, ya que varias intendencias clave son de cuño radical: Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Río Cuarto, y las capitales de Chaco, Jujuy y Tierra del Fuego.

"Tenemos territorialidad en localidades urbanas importantes donde predominan los sectores medios. Ése es nuestro principal activo", insiste el dirigente consultado por LA NACION.

Confianza

Esta nómina podría alargarse con las próximas elecciones, confían en el centenario partido. Se tienen fe en varias gobernaciones, como Santa Cruz, Mendoza, Jujuy, Córdoba y La Rioja, con el consiguiente incremento en la cosecha de legisladores provinciales y nacionales. Los radicales se regocijan, pero a medias: les falta el motor fundamental, esto es, un candidato presidencial capaz de ganar.

Pero el radicalismo es algo más que un puñado de intendencias y legisladores. A diferencia de los espacios políticos surgidos en las últimas dos décadas, en los que se destaca el candidato por sobre la estructura partidaria, la UCR hace culto de su identidad como partido y mantiene viva su liturgia orgánica. Estas características le permitieron preservarse durante más de cien años pese a su declive electoral.

"Lo que se va a definir en Gualeguaychú es qué partido queremos a futuro: un partido al estilo «pavo real», que se conforma con seguir como segunda fuerza nacional recluido entre fuerzas progresistas menores, o un partido con vocación de poder", sintetizó un diputado proclive a una alianza con Macri.

«No por querer preservar nuestra...

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