Las paritarias ya se negocian por encima del 80% y vuelven las cláusulas gatillo

Alberto Fernández, rodeado de sindicalistas, en una de sus visitas a la CGT

La dinámica inflacionaria arrasó con cualquier previsión y las paritarias ya se negocian por encima del 80 por ciento , lejos de la pauta de referencia de 60% con la que el Gobierno intentó anclar las expectativas hace apenas tres meses y casi el triple del índice de inflación anual [33%] que proyectó Martín Guzmán en el presupuesto 2022 que no pasó el filtro del Congreso.

La Unión Personal de Seguridad de la República Argentina (Upsra) y la cámara empresaria CAESI acordaron un aumento de 85,71% en cinco tramos a pagarse entre mayo de este año y abril de 2023. El trato contempla sumas no remunerativas y un aumento en los valores de viáticos y presentismo que conforman el salario conformado. El básico llegará en enero de 2023 a $83.900. Es hasta el momento el acuerdo nominalmente más alto . La Upsra reúne a vigiladores privados, espías, patovicas y policías exonerados y es liderado por Ángel Alberto García , un histórico dirigente ligado a Luis Barrionuevo que afrontó una causa judicial por presunto desvío de fondos .

El otro sindicato que rompió el molde es la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles ( Utedyc ), que en su segunda revisión elevó el trato a 82,21%. Pero lo más novedoso se dio en la negoción puntual con el sector mutualista, que accedió a firmar una cláusula gatillo por inflación . Se estableció un ajuste automático sobre los salarios básicos de enero de 2023 si la inflación supera el 82,21%. Si la diferencia es mayor a 10% el incremento se dará en los salarios de febrero.

El caso de Utedyc es hasta el momento el único con cláusula gatillo, un atajo al que había recurrido el exministro de Trabajo macrista Jorge Triaca en 2017 para facilitar el cierre de las paritarias . Desde entonces que no se daban, precisó Luis Campos , coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma. "No es lo mismo que los acuerdos salariales giren en torno al 40% o al 80%, por más que no pierdan contra la inflación. El problema actual es que el salario empieza a perder su función como indicador del valor de la fuerza de trabajo. Un trabajador empieza a perder referencia de cuánto va a cobrar el mes que viene, ya que hay muchos aumentos a lo largo del año, y peor aún pierde referencia de lo que va a poder comprar con el sueldo el mes que viene. Esto genera una incertidumbre y una angustia que es muy distinta si la nominalidad gira en torno al 80%...

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