Paraíso de quesos, fiambres y embutidos: la casona de 1920, donde cantó Gardel, que el boca a boca hizo trascender el barrio

Nota en el almacén Don Cosme

"Esta es una casona muy antigua, se construyó en 1920. Durante varios años funcionó un bar con orquesta de señoritas. Incluso, dicen que aquí -en más de una oportunidad- cantó Gardel", asegura Alejandro Veliz, luciendo un prolijo delantal de jean, en su tienda de picadas y delicatessen, "Don Cosme", ubicada en Av. Córdoba y Jorge Newbery, en el barrio de Chacarita.

En la antigua casona de 1920 durante varios años funcionó un bar con orquesta de señoritas

La fachada del centenario edificio es imponente: con ventanales de vidrio repartido, persianas y coquetas molduras decorativas. Aunque también conserva su mística en el interior. "Cuando hicimos la reforma encontré las antiguas vigas de hierro de la estructura y cuando picamos las paredes aparecieron estos ladrillos a la vista.", agrega Veliz, quien heredó el oficio de su padre, Don Cosme Damián. Desde 1972, este comercio de barrio es un secreto a voces: un paraíso para los amantes de los quesos, fiambres y embutidos.

En 1940 de Misiones a Buenos Aires

El protagonista de la historia, el señor Don Cosme, nació en 1927 en la ciudad de Apóstoles, Misiones. Desde temprana edad tuvo que rebuscárselas ya que quedó huérfano. Fue a mediados de 1940 cuando preparó su liviano equipaje y partió rumbo a la gran ciudad de Buenos Aires.

Una foto para recordar al creador: Don Cosme

El jovencito se instaló en una pensión y salió a patear la calle en busca de un empleo para subsistir. Enseguida, le abrieron las puertas en la heladería "El Vesubio" (considerada la más antigua de Buenos Aires). Aquí se encargaba de pelar la fruta y preparar la mercadería fresca para la producción. Años más tarde, probó suerte en una icónica relojería como cadete e incursionó como guardavidas en las gigantescas piletas de la ciudad, que antiguamente estaban ubicadas en Costanera. Luego, hizo su paso por las Bodegas Giol en Palermo.

En la década del 60 su padre comenzó a trabajar como peón en un Petit Mayorista, que en aquella época pertenecía a la familia Esnaola (la conocida marca de dulces)

"Mi padre fue un busca. Siempre tiraba para adelante para superarse. Terminó el colegio secundario en una escuela nocturna", cuenta orgulloso Alejandro, su único hijo. Luego, Don Cosme trabajó con Natalio Alba, un inmigrante italiano, quien aseguran que fue el creador de la preciada provoleta. "Él fue su gran maestro. Siempre me contaba que se reunían en un bar de la zona del Abasto para determinar el valor...

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