El Papa pidió a Cuba y a EE.UU. más avances

LA HABANA.– "Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba." Ni bien aterrizó ayer en La Habana, Francisco recordó la frase pronunciada aquí por Juan Pablo II en 1998. Y como la situación cambió drásticamente desde esa histórica visita, gracias al deshielo con Estados Unidos, que comenzó en diciembre pasado, hizo dos llamados más. Pidió a Cuba que sea "un ejemplo de reconciliación" y animó a La Habana y a Washington a que avancen más en la normalización de las relaciones.

Jorge Bergoglio tuvo, además, dos alusiones muy particulares. Con una frase de José Martí, habló del "sistema, muerto para siempre, de dinastías y de grupos", una referencia subliminal a los Castro. Y deseó también que su saludo llegue a "todas aquellas personas" que él no podrá "encontrar y a todos los cubanos dispersos en el mundo". Fue una alusión a los disidentes, que pidieron, en vano, una reunión con él, y a quienes debieron exiliarse.

"Desde hace varios meses, estamos siendo testigos de un acontecimiento que nos llena de esperanza: el proceso de normalización de las relaciones entre dos pueblos, tras años de distanciamiento", dijo Francisco, al hablar en un palco montado en el aeropuerto de esta capital, al que llegó a las 17 (hora local) después de más de 11 horas de vuelo desde Roma.

Cuando el Papa apareció en la puerta del avión de Alitalia que lo trajo hasta aquí y que estacionó al lado del Tango 01 de Cristina Kirchner, un grito de júbilo estremeció el aeropuerto, decorado con una imagen de Francisco y un cartel que decía "Patria es humanidad".

"El mundo necesita reconciliación en esta atmósfera de Tercera Guerra Mundial por etapas que estamos viviendo", dijo el Papa, al animar a los responsables políticos a seguir avanzando en "el proceso de normalización" en curso con Estados Unidos.

Lo escuchaban atentamente el presidente cubano, Raúl Castro; el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, y obispos y autoridades, en un día gris, con relámpagos, llovizna y calor húmedo; el termómetro superaba los 30 grados.

"¡Cristo vive! ¡Cristo vive!"; "este papa como mola, se merece una ola!"; "¡qué papa más chévere, nos vino a visitar!", coreaba con entusiasmo un grupito muy pequeño de católicos que agitaban banderitas cubanas y vaticanas. "Cuba está a sus pies, amamos al papa Francisco por su humildad, su cercanía a la gente, a los pobres, por su simpatía y porque los argentinos para nosotros son cubanos", dijo a LA NACION Betsy, una maestra de catequesis...

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