Paolo Goltz: 'Sólo tenemos en la cabeza ser campeones'

Paolo Goltz no sólo es un líder en Lanús porque lleva la cinta de capitán. Lo es por sus gestos, porque grita en la cancha y habla bajo en la TV. Su figura se agiganta en el área propia y, últimamente, en la rival. Evita goles y también los hace, como anteanoche, en el 1-1, en el primer partido de la final con Ponte Preta. El zaguero defiende y ataca con fiereza. Aguanta los golpes, como contra Libertad, de Paraguay, y también resiste los forcejeos con los brasileños. Después aparecen los moretones, marcas de un líder.—¿Por qué esta vez sí llegaron lejos en la Copa?—Porque entendimos cómo jugar tanto de local como de visitante. El grupo está con una madurez que puede servir mucho en la revancha con los brasileños.—Entonces, ¿faltó madurez?—No sé si tanto. El grupo siempre la tuvo. Pero con Silva, Somoza… sumamos edad y los años vienen muy bien para los partidos decisivos.—¿El grupo creció en el vestuario?—Eso siempre estuvo. Desde que llegué [en 2010] lo noté. Estaba manejado por Pelletieri, Valeri y otros chicos. Siempre fue excelente. Acá antes de traer un jugador se fijan cómo es la persona. El grupo, generalmente, no cambia mucho: son dos o tres los que llegan por temporada y eso favorece el conocimiento. Por eso Lanús siempre está en la pelea y se nota. Este ya es el sexto o séptimo torneo que juego y estoy muy cómodo.—¿Esperabas quedarte tanto o habías tomado a Lanús como un trampolín?—No sé si un período tan largo… pero sí un buen tiempo. Llegué y firmé por cuatro años y esperaba cumplirlos. Sabía que era un club ordenado y que estaba muy bien. Nunca me preocupé porque fueran dos, cuatro o seis años… Cualquiera quisiera estar acá.—¿Te vas a quedar mucho?—No lo pensé. Llevo mucho tiempo y, si tengo que estar más, lo haré tranquilo, con gusto. El día a día es muy cómodo y eso te ayuda a ser mejor.—¿Este proceso lo ves comparable con el de Huracán?—Veía algunas cosas del Huracán de Cappa. Pero ese equipo no llegaba tan rápido al arco, se demoraba más. Tenía más toque. Ese equipo era muy joven de mitad de cancha hacia adelante. Había muchos chicos sin demasiados partidos en primera. Lanús tiene una experiencia distinta.—¿Y tu momento?—No sé si estoy en un pico. Siempre trato de incrementarlo, de incorporar cosas. La madurez física, puede ser. Se dice que a los 28 o 29 años es cuando mejor se está. Pero, futbolísticamente, siempre quiero crecer.—En Huracán habías...