La pantalla culinaria provoca adicción

El arranque de la nueva temporada de Master Chef en Glitz -el intenso concurso de cocineros aficionados evaluado por un insobornable jurado presidido por el tormentoso Gordon Ramsay- provoca un efecto en cadena. Una vez que uno se hace adicto a un programa culinario, desde la primera vez que sigue el concurso tramo a tramo y se identifica con un participante, está perdido.Entonces, uno puede pasearse por el universo cool del Gourmet y sus programas estrella de esta temporada, como Algo de mí, de Deborah de Corral, anotando tips en una libreta; esperar la invitación en tu casa a participar de El b anquete, el ciclo de los hermanos Petersen, donde agasajan a un pueblo entero de la provincia de Buenos Aires con los más exquisitos manjares; o esperar sorprenderse con algún paisaje fueguino, donde Mallmann se luce cocinando a la intemperie. Y...