Palermo vive (II y fin)

Ningún barrio entrecruzado por cada vez más idiomas, culturas y turistas en sus calles puede estar muerto. Sí, aunque dos vecinos del Soho porteño desarrollaran ayer en esta misma columna la teoría de que está muerto. ¿Muerto?

Boutade y poco más. Palermo es más Palermo que nunca porque aprendió a transformarse. Es un barrio caro, sí, como tantos en la ciudad, como el país en general, pero por algo tantos porteños aspiran a vivir allí, por algo los turistas tienen grabados en sus teléfonos ese nombre que remite a Sicilia, pero es, en realidad, una de las más claras manifestaciones del ser porteño.

En Palermo hay teatro para ciegos y choripanes con variedades que hace un par de años jamás nos hubiéramos atrevido a imaginar. En Palermo se concentra buena parte del talento y de la fuerza...

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