Palermo, siempre vigente, desnudó a Chichizola

MENDOZA.? La experiencia y la juventud. La vigencia y la presentación. El goleador y el arquero. Martín Palermo y Leandro Chichizola, protagonistas del superclásico, del resultado del encuentro revancha, de la definición de la Copa Luis Nofal. Cada uno con una singular historia sobre su espalda, cada uno con un verano que los marcará a fuego. El inoxidable Titán, porque entró a recorrer el último semestre como futbolista; el guardavalla, porque de repente pasó a ser la primera alternativa para defender el arco de los millonarios, después de la lesión ligamentaria en el tobillo izquierdo que sufrió Juan Pablo Carrizo.En Palermo, Boca conserva el poder de fuego. En el máximo goleador de la historia del club, los xeneizes descansan cuando se cruzan frente al rival de siempre. Los números no mienten. Las estadísticas meten miedo, casi que asustan: en 30 partidos le convirtió 17 goles. El desglose marca que nueve los anotó en los cotejos amistosos; el resto, cuando se juega por los puntos.Y el estadio Malvinas Argentinas le sienta cómodo al capitán de Boca. Ahí, al pie de la cordillera, festejó seis veces. Y hasta en una cálida noche de 1999 se transformó en el receptor de todos los elogios, después de ser la figura en el éxito 3-0 ante River. Claro, en ese partido su estampa estuvo en todas las fotografías, ya que los tres goles fueron de su autoría.Este verano no se tomó descanso Palermo. Como si deseara aprovechar y disfrutar de cada uno de los momentos, los últimos de su extensa y exitosa trayectoria, celebró...

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