La degradación de la palabra

El mes de abril, en la Argentina, pareció estar dedicado a exaltar la palabra: en Tecnópolis, el gobierno nacional desarrolló, del 9 al 20, por primera vez, su Encuentro Federal de la Palabra, hecho que quizá pasó un tanto inadvertido, porque inmediatamente después estaba la convocatoria, entre el jueves 24 y el lunes 12 de mayo, para la Feria Internacional del Libro, una de las más importantes del mundo, que este año, además, cumple 40 ediciones ininterrumpidas.Curiosamente, ambos encuentros se producen en momentos en los que muchos argentinos se preguntan si la palabra tiene todavía entre nosotros el mismo valor que en otras épocas o, peor aún, si tiene ya algún valor.No es la primera vez que la sociedad argentina percibe que la palabra de todos los días se está degradando. Y esa sensación, absolutamente real -no como otras, en las que tanto nos han insistido para que las aceptemos, no es reciente; por el contrario, hace varios años que en la Argentina el lenguaje de todos los días está perdiendo fuerza, se está empobreciendo y embruteciendo.¿Están los aspectos sociales, políticos y económicos de una sociedad expresados también por el idioma en el cual se comunican sus integrantes? Es decir, ¿podemos relacionar la decadencia institucional argentina, la invasión cada día más perceptible del narcotráfico y la corrupción, o el crecimiento alarmante de la pobreza y de la marginalidad con una incapacidad manifiesta para entendernos?Hay algo cierto. No pocos funcionarios del gobierno kirchnerista se han convertido en cultores del eufemismo para disimular los verdaderos problemas. Es así como ni la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ni casi ningún integrante de su equipo ministerial se atreven a mencionar la palabra inflación; prefieren todos ellos hablar de "tensión o variación de precios". Para no hablar de una devaluación de la moneda, han elegido la expresión "deslizamiento cambiario". En lugar de dar cuenta de un aumento de tarifas, acuñaron la frase "reasignación de subsidios". Y para referirse a la fuga de dólares, se ha introducido un nuevo tecnicismo: "tendencia inercial de reducción de reservas".Quizá llevemos los argentinos demasiados años -incluso más de los diez que componen la denominada "década ganada"- engañándonos y llamando a las cosas de maneras muy distorsionadas. No se trata sólo de que las malas palabras y hasta los insultos se hayan vuelto cotidianos: desde los programas de televisión hasta algunas declaraciones de personajes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR