El país está cerca de decirle adiós al default más largo de su historia

La Argentina comenzó a decir adiós no sólo a la más grande cesación de pagos de su historia moderna, sino también al más largo conflicto para solucionarla. Aunque aún faltan detalles y confirmaciones. El conflicto perduró hasta ahora irresuelto incluso en momentos en que lo tuvo todo a favor para una salida elegante para Cristina Kirchner.

Pero la gestión anterior, empeñada en transformar la causa económica en una de consumo doméstico y política, lo empeoró todo. Cristina y Axel Kicillof creyeron absurdamente que la discusión era si una buena parte de la deuda podría ser repudiada o no. Quisieron, con una enorme y costosa campaña digna de mejor causa, dar una lección de capitalismo al mundo. Como dijo alguna vez Miguel Bein, "está muy bien lanzar una oferta de canje con una ley del cepo" que impida pagar a los que no acepten, pero agregaba: "El problema es creérsela".

En los tribunales neoyorquinos, que por cierto la Argentina eligió, nunca estuvo en discusión si pagar o no, sino cuánto. Más se empeñó la administración K en no pagar, más se alejó del arreglo, desperdiciando años de tasas de interés muy bajas e inversiones fluyendo a la región. A Evo Morales, haber sido más inteligente con las relaciones internacionales le sirvió para discutir hasta último momento la posibilidad de un cuarto mandato, de un "Evo eterno". Una ocasión imposible para Cristina Kirchner no sólo por sus desaguisados y desastres internos, sino también por su errada estrategia neoyorquina, que sin embargo contó con el incomprensible respaldo de un prestigioso estudio de abogados de los Estados Unidos -no es un dato menor-, que hace poco fue reemplazado.

Las anteriores crisis de la deuda le tomaron a la Argentina 10 años o poco más de reestructuración. El default de 1981 se arregló y falló a poco de andar con el Plan Baker de 1987 y se cerró del todo con el Brady de 1992.

El default de finales de 2001 y comienzos de 2002 parece empezar a cerrarse en 2016, demasiado tiempo, a pesar de las salidas parciales durante el período K, que tuvieron adhesiones interesantes, pero dejaron un nivel de litigiosidad inaceptable para el cual la Argentina no encontró otra salida más que agregar conflicto al conflicto. La Argentina nunca recuperó hasta ahora acceso fluido a los mercados voluntarios de deuda e inversiones y vio cómo economías más pequeñas en la región lo hacían. Si eso cambia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR