El paciente mental es un ciudadano

La Stultifera navis, o La Nave de los locos, aparece en el mundo del Renacimiento: un barco que navega sin rumbo por los ríos de Renania y los canales flamencos. Transportaba a locos molestos y desequilibrados, ladrones y prostitutas, rumbo al exilio de por vida.Michel Foucault, que dedica a la Stultifera navis el capítulo primero de su Historia de la locura en la época clásica, considera que de todos los navíos novelescos, ése "es el único que ha tenido una existencia real, ya que sí existieron estos barcos que transportaban de una ciudad a otra sus cargamentos de insensatos.Nuestras actuales naves son los miserables manicomios donde miles y miles de personas, con o sin discapacidad mental, vegetan en muchos casos sin diagnóstico serio ni controles. No es infrecuente que se les prodiguen daños no justificados, medicaciones y tratamientos forzosos no siempre terapéuticos, o que carezcan de información sobre sus derechos, entre muchos otros desatinos que genera la locura. Un supuesto estado de desvalimiento humano determina que esa persona debe ser apartada de la sociedad, intramuros, que deambule sin rumbo, sin tiempos, sin intimidad ni esperanzas, a la deriva de la vida.La historia es pródiga en "locos" ilustres: Antonin Artaud, Friedrich Nietzsche, Jean-Jacques Rousseau, Camille Claudel, son sólo algunos nombres entre las celebridades que han pasado por ese infierno tan temido de delirio y encierro. El filósofo Louis Althusser sufrió muchos años de internación en manicomios tras el juicio por el estrangulamiento de su esposa en 1980, cuando fue declarado no responsable de sus actos (inimputable). En su obra El porvenir es largo (publicada en 1992, dos años después de su muerte) narra las vicisitudes de ese largo encierro en el que vivió abandonado por el sistema legal, tal como les sucedió a tantos otros.En nuestro país, todavía conmueve el testimonio del poeta Jacobo Fijman, fallecido en el Hospital Borda en 1970, donde permaneció internado veinte años. "No soy enfermo ?escribió en su estremecedor poema "Todo lo que uno recibe es pasión"?. Me han recluido. Me consideran un incapaz. Quiénes son mis jueces? Quiénes responderán por mí."No es extraño el relato de Fijman. Desde siempre y hasta hace poco tiempo, el paciente mental estaba totalmente fuera del sistema legal pues la Constitución Nacional no regía, de hecho, para este colectivo. No interesaba siquiera abordar los derechos de los sufrientes mentales ni la responsabilidad civil emergente de los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR