Pablo Reinoso: 'Dormido puedo crear una escultura. Es fácil imaginar. El problema aparece al despertar'

Pablo Reinoso con "La grande parole" en el castillo de Chambord, al sur de París

PARIS.- A los 67 años, Pablo Reinoso asegura que "quisiera vivir algunas décadas más", con la esperanza de que su arte siga evolucionando. Una declaración que podría sorprender, teniendo en cuenta la calidad de su trabajo, que parece haber alcanzado su máxima expresión en la exposición que reúne actualmente cerca de 60 de sus obras, 20 de ellas monumentales, en el célebre castillo de Chambord , a 128 kilómetros al sur de París, donde el franco-argentino se mide nada menos que con un gigante universal, Leonardo Da Vinci, autor de la mítica escalera de doble hélice que llevó a la celebridad esa construcción decidida por el rey Francisco I en 1515.

"Me digo que, si avancé hasta ahora, unos años más de madurez me permitirán crear cosas más interesantes", le dijo recientemente a LA NACION durante en entrevista en su atelier de Malakoff, en los suburbios de París.

La mítica escalera doble diseñada por Da Vinci

Sin embargo, para aquellos que tienen la suerte de conocer a Pablo Reinoso, la confesión es perfectamente coherente con su personalidad. Dentro de ese hombre calmo, cálido y afable, se oculta un creador obsesivo, maniático del detalle, que cada vez que prepara una exposición pierde el sueño. Y, cuando llega a conciliarlo, vuelve una y otra vez al proyecto que, una vez despierto, puede cambiar cien veces.

Pero esas hesitaciones no son injustificadas. Porque las obras de Reinoso, casi siempre en piedra, madera o metal, jamás son fáciles de realizar. Durante la preparación de Débordements , la muestra de Chambord, le sucedió de lanzar la producción de una idea y después verse obligado a renunciar. "Pero ya había comprado 40 toneladas de piedra, reservado los artesanos para trabajar el metal, bloqueado un mes de trabajo para algunos y tres meses para otros…", relata.

De siete metros de altura, "Révolution Végétale (d'après Léonard)" está instalada en el jardín del castillo y evoca la escalera de Leonardo

Cuando hay tanta intensidad y consigue dormir, sigue trabajando en sueños. "Dormido puedo crear una escultura. Como no hay gravedad, es fácil imaginar. El problema aparece al despertar, ¡cuando comienza la batalla entre lo que me parece ser una buena idea y la posibilidad de hacerla realidad!", reconoce ante la mirada magnánima de su hijo Rodrigo, talentoso artista como su padre, de 28 años. "Es peor cuando, ya terminado el trabajo, decide que la extremidad de una...

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