Outlets: mitos y verdades detrás del negocio de la moda

Cada seis meses, el sistema de la moda pauta un cambio de temporada y las prendas pasan a tener una fecha de "vencimiento", y los consumidores desean renovar el vestidor. Pero no siempre la billetera acompaña al deseo de compra. Es entonces cuando la salida toma otra dirección: hacia las zonas de outlets o factory stores.

Estos locales no son un invento argentino. Existen en todo el mundo. El outlet fue pensado como un local donde se pueden vender prendas discontinuadas, de segunda calidad o remanentes de stocks sin la obligación de la contemporaneidad con la colección que la marca vende en un shopping. Es una alternativa para complementar la estrategia general del negocio. La diferencia con otros países es que en la Argentina no hay impuesto al stock, por ello, las liquidaciones en mercados como el estadounidense son más agresivas, mientras en el país los comerciantes tienden a acumular y esperar.

Pero con la inflación, el inventario se desvaloriza. "Las marcas pagan impuestos con costos históricos y deflacionados, a los que no se los ajusta por inflación, es decir, que están distorsionados", explica César Litvin, contador socio de Lisicki, Litvin y Asociados. "Aquellos que acumulan stock adquiridos en momentos económicos diferentes tendrán que pagar impuestos a las ganancias sobre ganancias nominales y no reales", añade.

Durante los 90, los outlets se centralizaron en la intersección de la avenida Córdoba y Scalabrini Ortiz, donde proliferaron los locales, hasta que los precios de los alquileres subieron y hubo que buscar una nueva locación. Sobre la calle Aguirre y Gurruchaga, a unas cuadras cercanas y también en la zona de Villa Crespo (conocida como la "zona de Aguirre"), las marcas abrieron sus nuevos outlets. "En esa zona hay unos 120 locales y el 70% de ellos son de indumentaria", explica Vicente Lourenzo, secretario de CAME. La novedad llegó con los nuevos centros comerciales cerrados, como Distrito Arcos y Soleil Factory, que son shoppings ambientados como paseos tradicionales, pero que venden mercadería de segunda mano.

Una de las pioneras en tener outlets en las dos zonas es la marca de indumentaria masculina Airborn. Su gerente comercial, Brian Benjamín, explica: "El negocio del outlet es financiero: deja poco margen, pero sirve para recuperar capital para fabricar la próxima colección". Y añade: "Las diferencias con un local de shopping es el mark up, el costo de venta de un producto, el número por el que se...

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