El origen: una crisis social no reconocida

http://www.lanacion.com.ar/1646377-muertos-saqueos-protesta-policialcon la policía", contestó un funcionario nacional consultado sobre el creciente panorama de sublevaciones de uniformados. Es cierto. En una semana, desde que estallaron la rebelión de Córdoba y el apogeo de los saqueos en esa provincia, ya hubo cinco muertos y decenas de heridos por los asaltos a los comercios. El Gobierno cambió drásticamente el discurso sobre el conflicto. Una situación de tensión extrema se advierte fácilmente en casi todos los funcionarios con responsabilidades ejecutivas.Sin embargo, los ojos de la política estánhttp://www.lanacion.com.ar/1646234-otra-jornada-complicada-por-las-protestas-policiales-en-el-paisen el multitudinario y caótico conurbano.Ahí se vive una calma inquieta y expectante. Es un polvorín social, donde un pequeño fuego podría terminar en un incendio. El gobernador Daniel Scioli adelantó el aguinaldo y le aumentó el salario a la policía. ¿Suficiente? Parece que no. Los empleados públicos, beneficiados por el aguinaldo anticipado, no son los que se dedican a saquear. La policía bonaerense se compara con otras policías (sobre todo con la metropolitana de Mauricio Macri) y la conclusión a la que llega es que está en desventaja.A Scioli no le sobran recursos, aunque ha hecho ahorros que le permiten cierto desahogo. Todo es elefantiásico en la provincia de Buenos Aires; un punto porcentual de aumento salarial significa cientos de millones de pesos.Al gobernador tampoco le gusta leer que tropas de la Gendarmería son trasladadas a otras provincias. Cada vez que contingentes de gendarmes llegan a ciudades del interior, el conurbano bonaerense y las fronteras del país son menos seguros.En efecto, la Gendarmería y la Prefectura no podrán reemplazar nunca a todas las policías provinciales amotinadas. Las fuerzas federales se están agotando. Santa Fe dio la prueba. A pesar del arribo de gendarmes, hubo algunos saqueos en la mañana de ayer. Prefectos y gendarmes viajan en algunos casos sólo como expresión simbólica de cierta autoridad pública. No pueden hacer mucho más. Los saqueadores conocen las ciudades en las que viven mejor que la Gendarmería. Ésta tampoco tiene la información precisa e indispensable sobre las zonas de riesgo de provincias en las que son forasteros, sobre dónde están los sectores sociales más violentos o sobre dónde se oculta el delito.Hay que seguir el derrotero del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, para descubrir que es, en el fondo, un...

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