La oposición frente a la confiscación

Atono con la celeridad que imprime el Gobierno cada vez que persigue la aprobación de un tema que considera crucial para sus intereses, buena parte del arco opositor se apresuró a bendecir la iniciativa oficial de expropiar el 51 por ciento de YPF.Casi no se había acallado el jolgorio que se vivió en la Casa Rosada con el anuncio de la confiscación, cuando el Frente Amplio Progresista, que lidera Hermes Binner; sus aliados de Proyecto Sur, de Fernando Solanas, y un buen número de radicales habían hecho público su respaldo a la iniciativa y anunciado que sus legisladores estarían junto a los oficialistas, al menos, en la votación en general.Es cierto que los mencionados sectores de la oposición históricamente se pronunciaron en favor de que YPF estuviera bajo el absoluto control del Estado, pero igualmente resulta inexplicable su veloz alineamiento con el Gobierno en un tema de tanta trascendencia que, por lo tanto, no debe ser resuelto a las apuradas, y máxime cuando de lo que se trata no es de una expropiación, sino de una lisa y llana confiscación, violatoria de las leyes, de los tratados y de la Constitución, como ya hemos dicho desde esta columna.Sólo habían pasado 48 horas del acto en la Casa Rosada y, sin embargo, para entonces ya estaba claro que el tránsito del proyecto del Gobierno por el Congreso Nacional constituirá un mero trámite reglamentario, algo de enorme gravedad teniendo en cuenta que lo que está en juego no es solamente el futuro de la política energética, sino también cómo queda parado el país frente a un mundo al que, les guste o no a la Presidenta y a sus seguidores, necesitará acudir para no quedarse postrado por falta de combustible.El comportamiento de los opositores que, entusiastas y dóciles, corrieron a ponerse del lado del proyecto oficial, parece indicar que prevalece en ellos la maquiavélica idea de que el fin justifica los medios, traducida, en este caso, en que YPF debe ser estatal a cualquier precio y sin importar el atropello que significa este robo.De otra forma, no hay explicación razonable para que, sin abdicar de sus principios, esas franjas de la oposición no hayan abierto un breve compás de espera antes de pronunciarse en el sentido que fuera. Ello les hubiese permitido analizar detenidamente un proyecto aberrante con puntos como el que deja explícito que la Auditoría General de la Nación (AGN) no podrá auditar a la petrolera o el que pregona que esa incautación se hace en orden de un interés público, que por...

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