Una oposición a la altura de las circunstancias

La situación del país, sumada al estado de desorden en que se encuentra la región, exigirá de los nuevos gobernantes y de la oposición la voluntad de mantener abiertos los canales de diálogo para construir los imprescindibles consensos en los muchos y muy delicados asuntos por resolver. Si una política de acuerdos básicos por encima de los intereses partidarios es lo que aconsejan los intereses superiores de la Nación, tanto o más racional aún es esperar que la cohesión y el sano criterio prevalezcan en la fuerza política llamada a actuar, en el Congreso de la Nación, como fiscalizadora del gobierno que se constituirá dentro de pocos días. Esa minoría opositora deberá actuar animada por iguales propósitos en los órganos de contralor que le toque conducir.La importante recuperación que, en términos de votos, exhibió la coalición Juntos por el Cambio entre las primarias abiertas del 11 de agosto y las elecciones generales del 27 de octubre, en que recortó a la mitad la distancia respecto de la fórmula integrada por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y el hecho de que más del 40% de los votantes la hayan apoyado deben constituir un aliciente para los dirigentes de la alianza que ahora deberá actuar desde la vereda opositora.Esa mejora, que se reflejó en un aumento en dos millones de votos respecto de las PASO, debe ser vista como el resultando de un espíritu de lucha que salió espontáneamente a expresarse en las calles y en las urnas, nada más y nada menos que en defensa de los valores republicanos.Fue la notificación de que para una parte tan grande como homogénea de la sociedad hay valores tanto o más importantes que las legítimas urgencias económicas. Entre ellos, el de la defensa de la institucionalización política y de la división de poderes; la ratificación del vivo repudio por los actos de corrupción en funciones de gobierno, sancionados por el artículo 36 de la Constitución nacional, reformada en 1994, según el cual "atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en grave delito doloso contra el Estado que conlleve enriquecimiento", y la garantía de la libertad de expresión y de prensa como condiciones indispensables de vigencia real de la democracia.Quedó señalado con claridad que esa porción del electorado, superior al 40%, observará con particular atención la política del gobierno que asumirá el 10 de diciembre en relación con el cumplimiento estricto de la legalidad. Especialmente luego de que, como ocurrió en...

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