Once años de espera y varios de pérdidas

Ayer no pasó nada que no se espere desde hace años: la salida de un grupo extranjero del manejo de un servicio público argentino. Después de 11 años de esperar que se renegocien los contratos que se despedazaron con la crisis de 2001 ya no hay paciencia que alcance.Ahora le tocó el turno a BG Group (antes British Gas), que se desprendió de la porción accionaria que tenía en Metrogas. Antes fue el tiempo de Electricité de France, o la división eléctrica de Total o el grupo Suez, sólo por tomar algunos casos. Otra compañía, como Endesa, que controla en el país varias generadoras de electricidad y la distribuidora Edesur, aún tiene sus activos, pero reconoció en sus balances globales que la inversión en el país ya está amortizada. O, lo que es lo mismo, que su valor es cercano a cero.El sector jamás logró reponerse de la crisis de 2001. Los contratos se tornaron abstractos y la emergencia suspendió los derechos y las obligaciones. El kirchnerismo heredó este esquema agrietado y lo partió en pedazos. Nunca se sentó seriamente a discutir condiciones de servicio, de inversión o de tarifas.Durante los primeros años, la Casa Rosada ganó tiempo con actas provisorias que prometían revisiones integrales. Hasta se creó la Unidad de Renegociación de Contratos de Servicios Públicos (Uniren), pero nunca se la dotó de poder suficiente como para poder avanzar en sus objetivos. Sólo para ilustrar, desde 2007 celebró cuatro audiencias públicas, condición esencial como para avanzar en nuevos contratos.No bien Néstor Kirchner llegó a la presidencia en 2003, una cosa quedó clara: los concesionarios serían meros gerenciadores...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR