Olivo: en un partido sacó el presupuesto de un año

MELBOURNE.- Se dejó caer bajo el sol, envuelto en una felicidad incontenible, imposible de soportar de pie, en el mejor día de su carrera tenística. Renzo Olivo, batallador de los courts de profesión, vivió su día más radiante. No ganó un título ni siquiera llegó a una final, pero a su modo ya ha llegado muy lejos. Desde el puesto 174° del ranking, el rosarino se hizo lugar en la segunda rueda del Abierto de Australia, al que entró desde la clasificación. Consiguió su primera victoria en el cuadro principal de un Grand Slam a expensas de Jiri Vesely, un checo al que conocía desde los tiempos que era un junior de futuro promisorio: Olivo es integrante de la generación 92, la misma a la que pertenecen Agustín Velotti, Diego Schwartzman y Andrea Collarini, entre otros. Sin sponsor particular que ayude con los gastos, decidió jugar la gira australiana aunque en lo económico lo más lógico era quedarse a participar de los Challengers sudamericanos. La corazonada le reportó puntos, confianza y un premio asegurado de 46.300 dólares, una cifra cercana a lo que recaudó en toda su gira de 2015 (US$ 60.636). Y por supuesto, la ilusión continúa, porque en la segunda rueda se enfrentará con Federico Delbonis; un duelo que asegurará la presencia de un argentino en la tercera etapa en el Melbourne Park.

Se sacó selfies con todos aquellos que se lo pidieron al final del partido; Olivo no quería irse de la cancha N° 10, en la que lloró después de su triunfo. Emoción pura, luego de tres horas de tensión e intensidad, en las que primero lo dominaron los nervios -no se pueden explicar de otro modo los calambres que lo asaltaron en el segundo set- y luego, cuando el sueño parecía esfumarse, pudo renacer con soltura y determinación. "Si me acalambraba no importaba porque ya no podía dejar pasar nada más; sólo traté de jugar bien y dejar todo, aunque tuviera que salir en camilla." Así selló una victoria notable por 7-6 (8), 2-6, 1-6, 6-4 y 6-4. Un triunfo acaso impensado hace casi una semana, cuando empezó la qualy y estuvo set abajo y quiebre en contra frente al sueco Elias Ymer en su primer partido en Melbourne. Pero lo dio vuelta y cambió un panorama complejo: hasta este lugar había llegado con la mochila cargada con siete derrotas en los últimos ocho partidos que jugó antes de este Abierto australiano.

"Cuando caí en el piso me acordé de mi familia, del sacrificio que hicieron por mi carrera, de todos los malos momentos que pasé", contó Olivo. Su talento...

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