Una ola de contradicciones oficiales de cara a 2022

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Los primeros 15 días del nuevo año encuentran al gobierno de Alberto Fernández corriendo detrás de los acontecimientos en medio de un festival de contradicciones, errores no forzados y disparates discursivos, que deterioran aún más las expectativas y aumentan el riesgo de una crisis macroeconómica en los próximos meses debido al alarmante drenaje de reservas netas del Banco Central, la brecha cambiaria de 100%, la persistencia de altísima inflación y sus consecuentes distorsiones de precios relativos.

Hasta hace una semana el problema número uno era -y sigue siendo- la ausencia de un programa económico consistente para cerrar el acuerdo con el FMI , reestructurar a 10 años la deuda por US$ 44.000 millones, evitar la cesación de pagos con el Club de París antes del 22 marzo (fecha pactada por el propio ministro Martín Guzmán) y el freno de desembolsos de organismos multilaterales de crédito (BID y Banco Mundial).

Pero ahora acaban de agregarse dos de gravedad institucional y geopolítica . Uno, el explícito aval del Presidente a la insólita marcha contra la Corte Suprema de Justicia promovida por el ala camporista del Frente de Todos (con Luis D’Elía y el Ministerio de Justicia como alter egos de Cristina Kirchner) y su implícito daño a la división republicana de poderes. Otro, el respaldo al régimen dictatorial de Daniel Ortega en Nicaragua, con el agravante de la foto del embajador argentino junto a uno de los jerarcas iraníes con pedido de captura de Interpol por el atentado contra la AMIA.

Estos problemas colisionan directamente con la gestión que la semana entrante emprenderá en Washington el canciller Santiago Cafiero ante el departamento de Estado, en busca de acercar posiciones para encarrilar la estancada negociación con el Fondo Monetario . En la capital norteamericana no podrá hablar de previsibilidad económica, sin un plan consensuado con el nuevo staff del FMI; ni jurídica, tras los ataques del oficialismo a la Corte y sus fallos; ni tampoco de la política exterior, con los desconcertantes apoyos de los últimos dos años a dictaduras o regímenes autocráticos en nombre de los derechos humanos o el reciente debut de Alberto Fernández al frente de la Celac, el foro antiestadounidense inspirado por Hugo Chávez.

Paralelamente, el Presidente tiene previsto realizar a comienzos de febrero una visita oficial a China, donde difícilmente no aparezcan en la agenda algunos de los temas más conflictivos de la relación bilateral entre el...

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