La ola de argentinos aún se hace esperar en la frontera

EN LA FRONTERA ENTRE CLORINDA Y PUERTO FALCÓN.- Se prepararon con todo para recibir a un aluvión de argentinos en su viaje para ver . Crearon un comité binacional. Diseñaron sistemas alternativos. Levantaron 14 casetas con nuevos controles migratorios en el cruce de Clorinda, en Formosa. El propio presidente concurrió a la inauguración. Debía estar todo listo. Esperaban un millón de argentinos... pero hasta ayer sólo habían llegado 8000.

El desconcierto y la decepción de quienes aguardaban en la frontera entre la Argentina y Paraguay . Sobre todo para los vendedores ambulantes que se habían provisto de mercadería alusiva.

Todos se hacían ayer la pregunta del millón: ¿dónde estaba el millón de argentinos? Pasado el mediodía, cuando los números no repuntaban, todos empezaban a buscar al responsable. ¿Quién dijo que eran un millón? ¿De dónde surgió ese número difundido hasta en los comunicados oficiales?

"Estoy tan sorprendida como todos. Estoy verificando números con Buenos Aires", dijo la embajadora argentina en Paraguay, Ana María Corradi de Beltrán. "Desde la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) se entregaron autorizaciones para unos 550 ómnibus de larga distancia adicionales. En total, serán unos 1000 ómnibus. Ahora nos dicen que la mayoría estaba saliendo a estas horas [de ayer]", agregó.

Las autoridades migratorias de Paraguay también están desconcertadas. Hasta el mediodía, César Duarte, coordinador en el puesto fronterizo, tenía contabilizado que habían cruzado 36 ómnibus. Sumado a los pocos autos que cruzaban, habían pasado 4500 personas, que hacia la noche llegaron a 8000.

Los miembros del comité binacional se consultaban unos a otros quién había hablado del millón de argentinos. Muchos apuntaron a un viejo intendente de Clorinda que había dicho que en la visita de Juan Pablo II habían cruzado 800.000 personas por el paso internacional, y que entonces estimaron que por tratarse de un papa argentino el aluvión de peregrinos sería infinitamente mayor. Como de un millón.

Sergio Lapidez vive en Asunción y suele vender artesanías y chocolates en la frontera. Para la visita del Papa se abasteció de termos y remeras. Compró un importante stock pensando en hacer una diferencia. "No te digo lo enojado que estoy con este tema. Desde las 6 de la mañana estoy acá y los argentinos no llegan. Encima, a los vendedores no nos dejan subir a los ómnibus porque muchos ya hicieron los trámites migratorios en la ruta. Y qué hacemos con...

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