El oficalismo celebra que los temas judiciales dominen la agenda pública

La desgracia judicial que persigue al ex ministro Julio De Vido no será un eje de campaña de Cambiemos. Así, al menos, lo aseguraron en la Casa Rosada. La razón es simple: pese a que se presenta como una oportunidad inmejorable para reafirmar el mensaje de la lucha entre el pasado y futuro, la transparencia no tiene impacto en el votante, principalmente en el territorio bonaerense.

Eso es lo que surge de todos los estudios que realizó el asesor estrella del macrismo, el ecuatoriano Jaime Durán Barba. Sí, en cambio, en el Gobierno reconocieron que el pedido de desafuero y detención que reclamó anteayer el fiscal federal Carlos Stornelli tiene utilidad para calmar la ansiedad de los votantes de Cambiemos, que en todos los timbreos reclaman mayor celeridad y castigo para los corruptos.

"Nos siguen regalando la cancha, pero nosotros no le vamos a dedicar un minuto a esto. Son temas de la Justicia", describió uno de los principales asesores del presidente Mauricio Macri.

La situación de De Vido no es la única. Cerca de Macri también destacaron la impugnación para que el ex presidente Carlos Menem, condenado a siete años de prisión y 14 de inhabilitación para desempeñar cargos públicos por el contrabando de armas, vuelva ocupar una banca en el Senado. O la situación del camarista Eduardo Freiler, quien aún resiste en su cargo, pese a las investigaciones por mal desempeño y por no poder justificar su fortuna. "La sociedad se pregunta por qué están libres y nosotros también. Parte de la Justicia y el Congreso se mueve según el humor social, hace falta una depuración profunda", dijeron fuentes oficiales.

En el Gobierno también deslizaron que podrían aparecer nuevos casos como el de De Vido. Según uno de los hombres de consulta del Presidente, "van a llover de estos casos" porque durante los 12 años que gobernó el kirchnerismo "todo lo que hicieron fue así". Pero las evidencias...