Una oferta agresiva

Finalmente, el gobierno nacional presentó una oferta de reestructuración de su deuda con los acreedores privados bajo ley extranjera, que prevé una quita nominal de capital del 5,4% y de intereses del 62%. Se propone que los pagos, tanto de capital como de intereses, dejen de realizarse por un período de gracia de tres años, reiniciándose en 2023 con un interés de apenas el 0,5%, que se incrementará gradualmente hasta el 2,33%. Los plazos y fórmulas de amortización serán distintos para cada tipo de los nuevos bonos entregados en canje. La oferta no ha incluido un endulzante, tal como fue el bono atado al producto bruto en el canje de deuda de 2005. El ministro de Economía, Martín Guzmán, manifestó que con esta propuesta se ha llegado al límite de lo posible y dio un plazo de veinte días para que sea aceptada. Debe entenderse que no está dispuesto a mejorarla, aunque no dijo explícitamente "tómelo o déjelo", ni se apeló ahora al recurso de una "ley cerrojo" como en 2005.Sin que quede claro si es una estrategia de negociación o una cuestión ideológica, la presentación del ministro Guzmán junto al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta Cristina Kirchner fue acompañada de un discurso del mismo estilo de aquel utilizado por las autoridades encabezadas por Néstor Kirchner en 2005, cuando también se renegoció la deuda.En el relato oficial, se insiste en asimilar a los acreedores a grupos egoístas e indiferentes frente a la pobreza y la salud de la gente. La presentación del titular del Palacio de Hacienda incluyó cuadros que comparan el monto de lo que se dejaría de pagar en los próximos tres años con la cantidad de respiradores que podrían comprarse o de tests de coronavirus que podrían realizarse. Guzmán afirmó: "Querer forzar pagos de deuda insostenible significaría una carga aún mayor. Significaría condenar a millones más a la pobreza, al desempleo, a la pérdida de oportunidades y sueños".El enfoque oficial es como si alguien le prestara dinero a un vecino contra una promesa documentada de que lo devolverá con intereses en fechas establecidas. El vecino dilapida ese dinero y le resulta imposible devolverlo. Además, sin que sea ese el motivo, al deudor se le enferma un hijo y entonces le dice a su acreedor que de ninguna manera debe cumplir con los pagos, ya que es absolutamente justo y prioritario que su hijo sane y que su familia coma bien. Y, por si fuera poco, le dice que es inaceptable que reclame en momentos en que su hijo...

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