Una ofensiva para desestabilizar a Macri

El viernes pasado, un día sin huelga docente, muchos maestros bonaerenses que militan en el kirchnerismo o la izquierda no fueron a trabajar. El paro posterior estaba decidido antes de la reunión con el gobierno de María Eugenia Vidal. Esa reunión terminó, obviamente, en un fracaso. Ayer ni siquiera se tomaron el trabajo de disimular: varios gremios, los más importantes, directamente no asistieron a la reunión que el gobierno bonaerense había convocado para tratar de resolver el conflicto. Roberto Baradel, jefe del sindicato docente más influyente, es el líder gremial que mejor expresa la alianza entre el kirchnerismo y la izquierda. No es sólo una especulación de Vidal cuando dice que todos ellos están buscando desgastarla. Ella constituye el mayor capital político de Mauricio Macri, es la dirigente de Pro más popular del país y la gobernadora de la monumental y díscola Buenos Aires. Después de Vidal, sucederá la ofensiva final contra el Presidente, sobre todo si perdiera las elecciones de octubre. Cristina Kirchner, que inspira o dirige gran parte de esos movimientos, está convencida de que sólo podrá salvarse de su tragedia judicial con Macri fuera del poder. Cristina se ha convertido en la figura política más frontalmente destituyente desde 1983.

No se trata sólo de los maestros, aunque son los más explícitos en su gesta desestabilizadora. Un próximo paro general de la CGT es inevitable. La central obrera no puede admitir que las últimas imágenes de sus dirigentes sean las de pobres hombres que huyen de la furia de kirchneristas e izquierdistas. Es la historia del poderoso sindicalismo peronista la que está en juego. Es, otra vez, el kirchnerismo el que los llevó a esa ratonera sin alternativas. El Gobierno no puede cambiar sus políticas para protegerlos de tales trastornos.

Sólo habrá negociación sectorial del oficialismo con los gremios para intentar acuerdos como el de Vaca Muerta, que significó un cambio en las posiciones sindicales.

El kirchnerismo, que fue hasta el año pasado un grupo aislado, está ahora impregnando con sus paradigmas todo el debate político. El otro peronismo, que existe, desapareció en los días de odio y depredación.

Una cosa distinta son los argumentos con que respaldan las medidas de fuerza tanto la CGT como los maestros. Recesión, despidos, política neoliberal. El diagnóstico choca con la evaluación de la unanimidad de los economistas. Según Orlando Ferreres, la economía recuperó desde octubre pasado la mitad...

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