Obras que perduran

Que David Bowie ocupe el centro de la escena en una de las salas de Sotheby's, la casa londinense que se apresta a subastar su colección de arte, no llama la atención: siempre fue el centro de una constelación de estrellas que giró en torno de su espíritu mutante, y su luz iridiscente se propagó a la música, el diseño, la moda y las artes visuales. Bowie fue un ícono estético de su tiempo y modelo artístico de pintores que desearon perpetuar su irresistible ambigüedad y desentrañar sus misterios. En 1996 personificó a Andy Warhol en Basquiat, la película de Julian Schnabel; antes había rendido homenaje al artista pop en su álbum Hunky Dory, de 1971. Coleccionista...

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