Un oasis en la City porteña

La puerta de vidrio es el umbral que aleja del bullicio de la City. Adentro, la música suave se mezcla con el sonido del agua corriendo en una pequeña fuente escaleras arriba. El ambiente bañado con un aroma frutal ofrece una pausa al ritmo de la jornada laboral en la que no sólo es posible abandonarse al relax en manos de un profesional, sino también recargar energías con una siesta en un futón oriental.Masajes descontracturantes, tailandeses o con piedras; ozonoterapia, reflexología o reiki; tratamientos corporales o faciales. Todo puede ser parte de un break en medio del trabajo, sin salir del microcentro. En los spas urbanos, las sesiones se adaptan a quienes no pueden alejarse por mucho tiempo de sus responsabilidades. Bastan sólo 15 minutos o media hora para ponerse en las manos de los expertos de la relajación.A dos cuadras del Obelisco, Flow Spa Express propone apagar el celular y sumergirse en una atmósfera revitalizante. "Hay distintos tipos de masajes y sesiones, según la necesidad y el tiempo que cada uno disponga en medio o al salir del trabajo", cuenta Gabriel Pinkus, director del spa que busca instalar el concepto chino de dormir la siesta en plena jornada; ofrece, para ello, una habitación con futón por $ 50 los 40 minutos.En Flow Spa Express, los clientes pueden además tenderse en una camilla y recibir los artificios de un arte manual con cremas hidratantes, aceites, piedras o cañas de bambú...

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