El número que obsesiona al presidente Milei

Javier Milei, el jueves 14, en la Casa Rosada

Javier Milei suele decir que ahora trabaja de presidente y le tomó el gustito a imaginarse como un líder en guerra. Su despacho en la Casa Rosada es como un búnker al que va vestido con ropa informal, inspirado por el impacto que le causó conocer el día de la asunción al ucraniano Volodimir Zelensky . Ahí adentro se construye lo nuevo: reuniones de gabinete diarias, decisiones urgentes y algunos momentos de distensión que se transmiten hacia el exterior para reforzar la idea de un cambio histórico.

Con un teléfono que él mismo se enfocaba hacia la cara, Milei comunicó desde allí el viernes que la Argentina está atravesando una hiperinflación y que él está dispuesto a hacer todo para detenerla. Usó una palabra maldita para acentuar un pedido de comprensión. Prometió que "el esfuerzo que recae sobre el sector privado será transitorio" .

Puso el cuerpo para defender el ajuste después de tres días de evaluación del impacto de las medidas ultraortodoxas que anunció Luis Caputo . Se reservó para él la parte de la "esperanza" detrás de las malas noticias que le tocó comunicar al ministro de Economía. Les habló sobre todo a los votantes que lo eligieron como el verdugo de la política y descubrieron demasiado rápido que la casta somos todos . Las "medidas urgentes" incluyeron más impuestos a la clase media, aumentos de tarifas y un destino inevitable de recesión en medio de un incendio de precios. "Decidió pagar todos los costos de entrada. Adaptó muchas cosas, pero cumplió con lo central: la única opción es un shock", traduce un interlocutor cotidiano de Milei.

Milei abraza a Zelensky, invitado estelar a su asunción

El nuevo presidente es un obsesivo de los números. A Caputo lo felicitó delante de todo el gabinete tres días seguidos por la reacción de los mercados al paquete económico. Pero matizó que a él le hubiera gustado que usara más ejemplos con cifras en el anuncio del martes, que se grabó cuatro veces hasta dejar conformes a todos. El ministro le tomó el "consejo" para las entrevistas periodísticas de los días posteriores. También le pidió que explicara cómo compensará a los jubilados, ignorados en la primera comunicación oficial.

A todos los ministros les exigió, incluso con tono enérgico, que fueran consistentes con los recortes y que le trajeran datos bien concretos.

Luis Caputo, llegando a la Casa Rosada

Aunque festejó que haya bajado la brecha cambiaria y que el Banco Central hubiera iniciado una racha de compra de dólares, el número al que de verdad está atento Milei es el de su popularidad. Su amigo y asesor sin cargo Santiago Caputo le alcanzó a diario mediciones sobre la imagen presidencial y el apoyo a la gestión. ¿Cuánto dura la paciencia social? Esa es la pregunta que carcome la conciencia de los libertarios empoderados.

La osadía sin precedente de Milei es avalada por un número similar o superior a quienes lo votaron el 19 de noviembre . Él está dispuesto a sacrificar algo de ese capital en el...

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