Los nuevos desafíos de la Iglesia

Mantener viva la llama de una fe que ilumina desde hace 2000 años, en un mundo que intenta excluir a Dios y muestra signos de sentirse autosuficiente, es uno de los principales desafíos que enfrenta hoy la Iglesia. Así quedó reflejado en la reciente visita del papa Benedicto XVI a Madrid, donde alertó sobre la mirada laicista e individualista que predomina en muchas regiones. Y es un reto que diariamente asumen los sacerdotes y agentes pastorales que realizan su misión, especialmente en las grandes ciudades.El avance del secularismo y la percepción de una ausencia de Dios conforman realidades sociales nuevas, que requieren respuestas inmediatas a problemas inéditos. Son desafíos que el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, y obispos de once diócesis bonaerenses vecinas, someterán a discusión entre hoy y el domingo en el I Congreso de Pastoral Urbana, que esbozará en la Universidad Católica Argentina las líneas de acción prioritarias para un conglomerado urbano que reúne a 13,8 millones de personas.En la propia Iglesia hay cada vez más consenso en que hay que salir a la calle y no esperar a que la gente vaya a los templos. Proponer y no imponer. Entusiasmar. En la gran urbe del siglo XXI se requieren sacerdotes que no se queden quietos y laicos activos. "Son estrategias pastorales que la Iglesia viene meditando y comenzando a aplicar para renovar estructuras que pueden haber quedado obsoletas o superadas", ha explicado el padre José Eduardo Scheinig, uno de los responsables del congreso, que se encuadra en la Misión Continental, lanzada por la Iglesia de América latina.La ausencia de Dios presenta registros distintos en este convulsionado tercer milenio. En Europa, la Iglesia libra una batalla política y cultural, en la que el Papa procura rescatar las raíces cristianas del Viejo Continente frente al avance del relativismo y el secularismo, particularmente en países de fuerte tradición de mayoría católica (España, Italia, Francia). En América latina, en cambio, la crisis pasa más por lo social. Se suele preguntar dónde está Dios ante las catástrofes humanas y los signos de injusticia social, marcados por los estigmas de la marginación y la pobreza, que en nuestro país alcanzaba hasta hace poco al 30% de la población. Benedicto XVI describió en Madrid el escenario que el mundo muestra hoy con la descriptiva frase "eclipse de Dios", al rescatar el pensamiento del filósofo de origen judío...

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