Nuevos ataques al Poder Judicial

La presidenta de la Nación ha vuelto a los ataques contra la Justicia. Podría decirse que le ha faltado a su discurso una cuota de gratitud por el comedimiento que ha encontrado en jueces que han debido ocuparse de asuntos de interés material que le conciernen. Uno de ellos, tal vez de principalísimo papel en los menesteres de echar bajo la alfombra cuestiones abiertas contra altos funcionarios públicos, ha sido el doctor Oyarbide. Pero no el único, aunque resulte difícil de igualar la marca del sobreseimiento definitivo obtenida en la causa por enriquecimiento ilícito contra el matrimonio presidencial de los últimos once años.No hay muchas virtudes de más elevado rango que la del agradecimiento. Sin embargo, las cuestiones de Estado se miden por otros parámetros que el de la sensibilidad para registrar valores de estricta significación moral. Por eso, el discurso con el cual la Presidenta descargó hace horas renovadas críticas a la Justicia ha de ser juzgado como lo que en esencia importa: un desacople emocional e ideológico llamativo entre el magisterio presidencial y la identificación con el espíritu sobre el que se asientan las instituciones fundamentales de la República.La independencia del Poder Judicial ha incomodado desde siempre a la actual mandataria y no sólo por esto puede decirse que su presidencia ha sido un calco de la que ejerció Néstor Kirchner entre 2003 y 2007. En ese sentido, lo único que ha entrado en polémicas es si con ella se han agravado o no los puntos más críticos de la gestión inaugural del ciclo en curso. Quienes conocían la política santacruceña de fines del siglo anterior habían advertido a qué debían atenerse los argentinos a partir de mayo de 2003: el ex presidente Kirchner se había alzado, sin inmutarse, contra llamamientos reiterados de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a reponer al procurador general de la provincia, removido a través de burdos artilugios legales.El ex presidente cayó en rebeldía ante el más alto tribunal de la Nación en su anterior composición y los continuadores de su espíritu insistieron en resistirse frente a la Corte reconstituida tras haber llegado aquél a la Casa Rosada. Después de un cierto número de sentencias desacatadas, y con la voluntad de evitar una colisión abierta de poderes, en el punto máximo de prudencia y de lo permisible que pudiera esperarse de su parte, la Corte entregó al Congreso de la Nación un informe sobre la controversia respecto de la procuración general de Santa...

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