El nuevo contexto global obliga a mostrar resultados concretos

DAVOS.- Este año no hay países estrella, como en 2016 lo fueron Canadá, con su carismático primer ministro, Justin Trudeau, o la Argentina, que con Mauricio Macri como vocero, anunciaba que volvía a formar parte de la escena internacional después de años de ostracismo. El eje de la discusión se corrió : el mundo desarrollado tiene demasiados problemas en su propia casa.

La tarea de la delegación argentina en el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) está pasando no tanto por seguir contando una historia de cambio, sino por mostrar hechos y conseguir resultados concretos. Los líderes de las corporaciones globales no parecen haber abandonado su interés en el país. Incluso quienes ya tienen un pie en la Argentina consideran que en los últimos meses han habido señales más claras sobre las políticas que piensa aplicar el Gobierno.

"Todo lo que pasó [desde que estuve en septiembre pasado en el foro empresario en Buenos Aires] fue para mejor", dijo a la nacion Luis Álvarez, CEO de Servicios Globales de British Telecom. "Lo que vemos es que hay más confianza. Las dudas que había de las medidas fiscales se han clarificado. Las reformas de impuestos siguen siendo un reto. Pero desde el mundo de las telecomunicaciones también está más clara la agenda digital, las licencias".

Si en algo parece haber acertado Macri en su decisión de reemplazar a Alfonso Prat-Gay del Ministerio de Hacienda es que en el exterior ya no es cuestión de mostrar figuras conocidas y fuertes. Se valora más que nunca en estos tiempos de inestabilidad internacional el ofrecimiento de certezas. El ministro Nicolás Dujovne sin lugar a dudas no cuenta en Davos con una red aceitada de contactos de alto nivel, como sí tenía Prat-Gay, pero es hábil en todos sus encuentros para hacerles llegar a sus interlocutores el mensaje que más quieren escuchar. El...