Nuevas condiciones de trabajo para revertir el retroceso

Si finalmente Vaca Muerta resucitara, los acuerdos anunciados ayer quedarán como una de las decisiones históricas de Mauricio Macri, tal vez la que más permanecerá en el tiempo y en la memoria colectiva. Podrá anotársela junto con el fin del cepo cambiario, con el acuerdo con los holdouts o con el exitoso blanqueo de capitales argentinos no declarados. Éstas últimas tres decisiones se agotarán en sí mismas. Vaca Muerta, en cambio, podría dotar al país, dentro de varios años y de miles de millones de dólares, de autoabastecimiento petrolero y gasífero; de mayor capacidad de producción agroindustrial, y de más puestos de trabajo en una economía que tendrá resuelto uno de sus problemas básicos (el suministro de energía).

Hace dos años, los economistas argentinos solían decir en voz baja que uno de los aciertos de la historia fue no haberle dado a Cristina Kirchner el manejo de esos inmensos recursos. Se hubiera convertido en presidenta vitalicia. De hecho, la decisión de expropiarle YPF a la española Repsol (con los métodos de una confiscación) tuvo el argumento oculto de que el Estado argentino se hiciera cargo de la explotación de Vaca Muerta. YPF tiene la concesión de un tercio del territorio de Vaca Muerta y en 2011 confirmó oficialmente la existencia y la magnitud del yacimiento.

Un año después, en 2012, Cristina decidió la expropiación de YPF, pero entonces el precio del barril de petróleo estaba en casi 120 dólares. El valor del petróleo registró una caída vertical a partir de fines de 2013, que terminó depositando el precio en menos de 26 dólares en febrero de 2015. El shale oil y el shale gas (cuya extracción es también más cara) dejaron de ser económicamente viables. El precio del barril subió un 100 por ciento en el último año; ahora está en casi 53 dólares.

Aquel riesgo que al final no sucedió debería obligar a una política de Estado sobre el uso de los eventuales recursos de Vaca Muerta. Si bien es improbable que Cristina Kirchner vuelva algún día al poder, la posibilidad de un regreso al populismo no debe descartarse. Otra experiencia populista podría despilfarrar Vaca Muerta en una o dos décadas. Otro aspecto que merece una política de Estado debería referir a los aditivos químicos que se utilizarán en la explotación del yacimiento no convencional. El elemento que más se necesita para la explotación del petróleo y el gas no convencionales es el agua, pero hay un porcentaje pequeño (no por eso menos importante) de aditivos...

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