Nueva vida para la vieja terminal

MAR DEL PLATA.– Hace 103 años se inauguró como la primera terminal de trenes del por entonces balneario preferido de la aristocracia porteña. Justo en la mitad del siglo XX cambió las locomotoras y los vagones por ómnibus de larga distancia, a los que vio partir y llegar durante más de cinco décadas. Ese mismo edificio coqueto y ornamentado de la esquina de Alberti y Sarmiento ahora empieza a remozar su imagen para ser la fachada de un gran complejo cultural, gastronómico y comercial, un ambicioso emprendimiento sobre una superficie de 20.000 m2 que promete generar un nuevo polo de renovación y crecimiento inmobiliario muy próximo al pujante paseo de compras de la calle Güemes.De a poco, ese entorno empieza a dar señales de acompañamiento luego de que la zona pagó el duro costo de rodear a una terminal muy deteriorada, situación que empeoró aún más cuando fue cerrada por completo en 2011 al inaugurarse la estación ferroautomotora en Luro y San Juan. Fue este un golpe durísimo para los comerciantes que ahí –durante más de medio siglo– se habían acostumbrado a vivir al ritmo de los turistas que elegían el transporte automotor.La obra del Paseo Cultural y Comercial Terminal comenzó este año con la restauración del casco histórico, cuyo destino previsto es ser sede de oficinas administrativas públicas y espacio destacado para actividades culturales. Los resultados están a la vista con una imagen remozada de esta construcción con diseño original del arquitecto francés Jules Dormal e inaugurada en 1910. Ahora avanzan los operarios sobre resto de las dos manzanas en las que el proyecto contempla locales comerciales, restaurantes, salas de cine, cocheras cubiertas y hasta la apertura de la calle Rawson entre Sarmiento y Las Heras, interrumpida siempre por las dársenas y los espacios de servicios de la terminal de ómnibus.La inversión, que tuvo un presupuesto inicial de unos 161 millones de pesos, llega en su totalidad desde el sector privado. El empresario de medios y hotelero Florencio Aldrey Iglesias, las firmas Imasa, Plantel, Consorti/Silva, Cabrales, el también empresario inmobiliario Alejandro Rossi y Mariani-Pérez Maraviglia (estudio de arquitectura que es responsable del proyecto en ejecución) forman parte del grupo Emprendimientos Terminal S, que resultó ganador de una controvertida y muy discutida licitación pública en la que tuvo, como principal contendiente, al grupo español Roig como aportante de capital y nada menos que la firma del arquitecto César...

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