Una nueva generación empresarial pisa cada vez con más fuerza en el país

La ola emprendedora no se detiene. La Usina del Arte se pobló esta semana de 2600 personas con otra energía. No hubo tipo de cambio, tampoco reclamos al estado ni mucho menos pedidos de prebendas. Los diálogos por los pasillos giraban en torno a cómo hacer algo distinto, cómo ser competitivos en el mundo y cómo evitar aquellos ruidos organizacionales que muchas veces corren el foco. Los consagrados les explicaban a los que recién comienzan sus fracasos y también sus éxitos.

Guibert Englebienne, cofundador de Globant y presidente de Endeavor Argentina, lo resumió con una frase: "Un ecosistema en marcha nos hace dar cuenta de que los emprendedores no estamos solos, que no estamos creando una empresa que solo sea exitosa; sino que ese éxito es una forma de vida; no es un punto de llegada, y que juntos somos muchos más". Su track récord lo legitima: es uno de los cuatro fundadores de uno de los cuatro unicornios -empresas que valen más de US$ 1000 millones- de la Argentina.

La avidez por generar nuevos negocios se refleja también en la macro. En el país existen al menos 220.068 empresas con menos de cinco años de historia. Equivalen al 37% del total de las firmas del país, al 15% del empleo privado y a unos 993.744 puestos, según la Subsecretaría de Emprendedores. Las nuevas empresas ya concentran el 15% del empleo privado, según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

"Los emprendedores nos pasamos la vida convenciendo gente, somos ilusionistas y estamos todo el tiempo creando ilusiones", expresó Tito Loizeau, emprendedor serial y creador de Caramba!

En el 80% de los emprendimientos le fue mal, aunque el golpe más grande fue Promored.com, el sitio de promociones que creó y por el que cerró su estudio contable. Puso allí todo su esfuerzo y tuvo una primera ronda de financiamiento. "Era un proyecto prometedor hasta que todo cambió de un momento a otro", afirma. La resiliencia es sin dudas otra de las claves que lo llevan a concentrarse en el 20% positivo en lugar de aquellos ocho de cada diez casos en los que le fue mal. Los sueños también los convierten en una liga menos resistida. Para Tato Giovannoni -fue mozo, jardinero y albañil- la clave pasa por soñar. Estudió cine en Los Angeles y se recibió de director de arte publicitario, pero hoy es bartender y toda su experiencia la aplica en los tragos. En Río de Janeiro cumplió su meta y es dueño de un bar en la playa.

"Es muy importante tener la capacidad de comprender que hay mucha...

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