Una nueva divisoria de aguas: la eternización K

La lenta pero persistente campaña del kirchnerismo para http://www.lanacion.com.ar/1500987-el-oficialismo-avala-el-debate-por-la-reforma-pero-niega-un-plan sobre una nueva reforma constitucional que permita la segunda reelección consecutiva de Cristina Fernández de Kirchner pareció sacar de su letargo a algunos dirigentes de la oposición.El pánico que está generando esa avanzada cristinista en dirigentes opositores y también en empresarios no se explica únicamente por http://www.lanacion.com.ar/1500987-el-oficialismo-avala-el-debate-por-la-reforma-pero-niega-un-plan, un clásico que nos remite a los últimos años de Carlos Menem en el poder. Se debe entender, fundamentalmente, por la voluntad que expresan representantes del oficialismo de abandonar los principios liberales que inspiraron la Constitución de 1853/60 y por copiar modelos constitucionales como el chavista o el ecuatoriano, que consagraron el hegemonismo presidencial.Se advierte también en los anteproyectos de pensadores de Carta Abierta o de Luis D'Elía -por citar a algunos de los abanderados de la reforma constitucional- una intención de avanzar en dirección contraria al federalismo y favorable a un mayor centralismo y unitarismo fiscal, con el que el gobierno nacional podrá ampliar sus mecanismos de sometimiento financiero a las gobernaciones provinciales.Las ideas del miembro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni tendientes a una reforma constitucional que instituya un sistema parlamentarista han quedado por ahora en el olvido. En el corazón kirchnerista esa alternativa nunca fue seductora.Si en algún momento el gobierno nacional le dio aire al magistrado para que avanzara en su proyecto, fue para mantener una...

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