Nueva Chicago se consagró con un estilo distintivo

Es tiempo de fiesta en la República de Mataderos. La tarde se viste de verde y negro en Alberdi y Murguiondo, en el monumento al Resero, en Avenida de los Corrales, en Los Perales… Nueva Chicago regresa a la Primera B Nacional, luego de una extensa y ardua temporada en la B Metropolitana. En esta oportunidad, con una propuesta distintiva, sostenido en la vigencia de Christian Gómez, ya convertido desde hace rato en una leyenda viva, que a los 39 años es la gran figura del campeón, y también con el sello del estilo ambicioso que le imprimió Pablo Guede, el entrenador llegado desde Málaga. Para el Torito, el séptimo ascenso en sus 103 años de historia se confirmó con la victoria sobre Colegiales, en Munro, por 1-0, con un golazo de tiro libre de Gomito Gómez –quién otro podía ser– a los 15 minutos, para delirio de cientos de hinchas neutrales apiñados en una esquina; a falta de una fecha para el final, Chicago, con 73 puntos, le sacó 7 de distancia al escolta Temperley.La historia podría tener como punto de partida el 16 de noviembre del año pasado. Ese día, Chicago empató 0-0 como local con Temperley. El Torito estaba séptimo, a tres puntos de los líderes, dentro de un campeonato muy parejo y cambiante, pero el equipo no terminaba de levantar vuelo. Tras los silbidos, cansado, el DT Mario Finarolli presentó su renuncia. Los dirigentes le dieron la conducción interina a Pablo Guede, que estaba a cargo de la cuarta división, mientras se conversaba con otros candidatos. Su debut fue con una derrota contra Chacarita (0-1) por la Copa Argentina; encima, también perdió el partido siguiente contra Tristán Suárez (0-1). Pero la racha cambió, y cómo. Un 2-0 sobre Colegiales y un 2-1 a Comunicaciones dieron aire para llegar bien a la pretemporada; allí, Guede le inculcó al plantel su visión de juego y su propuesta: salir jugando desde el fondo; defender la posesión; presionar cuando no se tiene la pelota, y generar espacios con paciencia y triangulación."Les expliqué que no lo hacemos porque queda lindo, sino que es una cuestión táctica, porque así el contrario corre más, y si vos desgastás a los delanteros rivales, después no llegan tan frescos. Todo sistema es válido, pero a mí me gusta esta forma porque es más fácil ganar. Me gusta salir jugando, hacer una presión asfixiante, y buscar superioridad numérica. A los jugadores los convencí con trabajo en la pretemporada, y les saqué la presión. Yo les digo que se pueden equivocar, si todos nos equivocamos en la vida"...

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